El titular del Gobierno gallego actuó ayer como delegado regio en la ceremonia de traslación de los restos del Apóstol celebrada en la catedral de Santiago. En su ofrenda, Núñez Feijóo abogó por continuar con "una España igualitaria, justa y unida bajo una Corona que encarna una tradición modernizada" y defendió el actual Estado constitucional como garante "de la igualdad entre las personas y los territorios" a pesar de las singularidades y diferencias entre sus integrantes.

En su petición al Apóstol, el presidente de la Xunta reivindicó la unidad y ensalzó la diversidad cultural como algo enriquecedor. "Galicia demuestra que lo diverso no tiene por que ser conflictivo y que la defensa de lo propio no necesita de enemigos", dijo, una demanda que hizo extensible a toda Europa.

En su réplica, el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, abogó por no quedarse al margen ante las situaciones injustas que generan marginación y abandono y por oponerse a "tantas violencias estériles y desigualdades degradadoras que hay en la actualidad".