A la vuelta de las vacaciones navideñas, el próximo día 17, los líderes regionales se reúnen con Mariano Rajoy. Hace cuatro años que no se convocaba la Conferencia de Presidentes. Un motivo ya para la expectación, al que se suma la agenda prevista en la cumbre, con el nuevo modelo de financiación autonómica como asunto principal. Galicia afronta la crucial reforma consciente de que no es precisamente uno de los territorios peor tratados con el sistema actual y con el reto de que la discusión sea "estrictamente económica" y cuente con los sobrecostes que algunas regiones cargan por el envejecimiento y la dispersión de la población. Por eso Alberto Núñez Feijóo insiste en estas últimas semanas que los fondos para la sanidad deberían tratarse en "una pieza separada". De lo contrario, advierte el jefe del Ejecutivo gallego, lo acordado se quedará "cojo" en "pocos años". A la Xunta le va la sostenibilidad en ello. Con una pirámide demográfica que no deja de crecer en las edades más altas, la atención sanitaria dispara su peso en el gasto total. Por primera vez durante 2015 alcanzó el 40%, según los datos que acaba de publicar el Ministerio de Hacienda. Es el capítulo más importante a muchísima distancia del resto.
De los 9.745 millones de euros que desembolsó el Gobierno regional en 2015 -sin contar los recursos que proceden de la deuda-, los servicios dedicados a la salud consumieron 3.881 millones de euros. Cuatro de cada diez euros del global. El gasto sanitario creció durante ese ejercicio un 7,5% y colocó a Galicia entre las comunidades con mayor inversión en estas funciones, en las que Hacienda engloba equipo, instrumental y productos médicos, servicios a pacientes externos, hospitales, salud pública o I+D en salud, entre otros destinos. En el conjunto de las autonomías, el presupuesto sanitario ronda el 36%. Además de la Xunta, superan la media País Vasco (36%), Aragón (38,7%), Cantabria y Comunidad Valenciana (38,9%), Canarias (39,3%), Asturias (40,3%), Castilla y León (40,4%) y Murcia (42,8%). La otra cara de la moneda son Navarra (25,2%), Baleares (30,1%) y Cataluña (31,3%).
En 2012, la partida apenas representaba el 32% del gasto de la Xunta. No para de subir. En 2014 rondaba el 38%. De hecho, la Xunta pronostica que "en dos o tres años" pueda alcanzar el 50% y se lleve al menos otros 700 millones.
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Galicia se cuela también en el grupo de cabeza en cuanto a la relevancia del gasto en educación. El 24,3%, unos 2.370 millones de euros, después de un ascenso del 3% durante el pasado año. El porcentaje estatal del peso de la educación en los presupuestos ronda el 23,4%. Andalucía lidera el ranking, con más del 30%; seguida de País Vasco, con un 28%; y Murcia, el 27%. La que menos gasta en comparación con el resto de partidas es Navarra (16,7%).
A protección social -enfermedades y discapacidad, vejez, familia, desempleo, infancia o inclusión social- la Xunta dedicó 550 millones en 2015. Cantidad exacta a la del ejercicio precedente. El 5,6% de su total, en este caso por debajo de la media (6,2%).
Los asuntos económicos -como los incentivos a empresas y el apoyo a sectores productivos- sumaron 822 millones, un 4,6% más que en 2014 y el 8,4% del gasto al completo. La política de vivienda supuso el 3,5% (340 millones) y las actividades recreativas, cultura y religión un 2,2% (216 millones). Llama la atención que la inversión para proteger el medio ambiente apenas gana espacio -el 0,9% (91 millones)- y el progresivo descenso en el resto de servicios y el mantenimiento del aparato administrativo, además de los intereses de la deuda: 1.295 millones, el 13%. En 2012 este apartado alcanzó el 25% y se situó incluso antes que la educación.
Los sueldos del personal público ascendieron a 4.337 millones de euros, el 44,5%. El alza respecto a 2014 fue del 2,9%.
Casi 5.000 millones en liquidez
- El Ministerio de Hacienda ha hecho balance de lo que han dado de sí hasta ahora sus mecanismos de liquidez para las comunidades. Entre 2012 y el actual 2016, las regiones recibieron 203.874 millones de euros, de los que Galicia obtuvo 4.913 millones. Lo suyo se debe exclusivamente a la financiación en mejores condiciones que el mercado a través del Fondo de Facilidad creado para los territorios que cumplieron el techo de déficit, deuda y pago a proveedores, y la ampliación en el plazo para devolver las liquidaciones negativas del sistema de financiación autonómica. Cataluña absorbió casi 63.000 millones y Valencia cerca de 48.000.
