La población gallega se achica. Un fenómeno que la comunidad arrastra desde hace décadas y que se agravó durante los años de crisis por el importante éxodo de jóvenes hacia otras comunidades y fuera de España en busca de una oportunidad laboral. Y las proyecciones demográfica cierran la puerta a que exista un cambio suficientemente importante como para que la situación pegue un giro de 180 grados. Hasta 2031, la región perderá por encima del 8% de sus habitantes. De los más de 2,7 millones que hay en la actualidad a alrededor de 2,5. Las provincias del interior serán las que más acusen el llamado invierno demográfico, con reducciones del 11,3% en el caso de Lugo y del 11,6% en Ourense, mientras que en A Coruña el número de residentes bajará un 8,5% y un 7% en Pontevedra. Como consecuencia, también mengua el número de hogares. Serán 1,032 millones, un 2,7% menos que en estos momentos, lo que deja un descenso superior a los 28.000, según los datos que hoy publica el Instituto Galego de Estatística (IGE).

Las áreas geográficas que peor evolución probablemente llevarán en el volumen de habitantes son el sur de Ourense, que comprende las comarcas de A Limia, Baixa Limia, Terra de Celanova, Verín y Viana, donde los hogares se desplomarán más de un 21%; las comarcas luguesas de A Fonsagrada, Os Ancares y Sarria, con un 17% menos; y las de O Carballiño y O Ribeiro, con una caída cercana al 16%. Solo en seis aumentarán los hogares: en el área de Pontevedra (5,8%), A Coruña (3,3%), Santiago (3,15), Vigo (2,9%), Ourense (1,7%) y Caldas-O Salnés (0,1%).

En función de la estructura, algo más del 20% de los hogares serán unipersonales; otro 20% estárá formado por parejas con hijos; por encima de un tercio serán parejas con hijos; y 99.600 serán hogares monoparentales. Los cambios en la población influyen de forma determinante en la tipología de los hogares: los de seis o más personas crecerán hasta 2031 un 3% , un 0,4% en los que reside una única persona; y un 2,3% los de dos.