Galicia atempera su declive demográfico, pero continúa liderando la pérdida de población entre las comunidades y evidenciando un problema que amenaza con condicionar el futuro, a corto plazo incluso, de sus finanzas públicas, que deberán atender cada vez a más personas de edad avanzada con menos cotizantes que aguanten del sistema. En la primera mitad del año, la comunidad perdió 6.951 habitantes, un saldo vegetativo negativo que mejora en 560 el registrado en el mismo período del ejercicio 2015. El año pasado el descenso de población por la diferencia entre nacidos y fallecidos alcanzó las 12.261 personas, el dato más alto de España. Ahora, sigue al frente de la tabla.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, alertó el lunes de que el gasto en sanidad ascendería en "dos o tres años" a la mitad del presupuesto autonómico, lo que supondría necesitar al menos una inyección extra de 700 millones de euros. Aludía al incremento de costes para el sistema sanitario debido al envejecimiento de la población gallega. Un día después, las estadísticas ofrecieron un nuevo dato que apuntala esa advertencia.

Durante la primera mitad del año, todas las comunidades que en el mismo período de 2015 habían perdido población -doce- mantuvieron los números rojos, con más muertes que nacimientos, salvo Canarias, que invirtió la tendencia a positivo. Por contra, Cataluña experimentó el proceso inverso y pasó de ganar residentes a perderlos.

El peor comportamiento lo registró Galicia, con el citado saldo vegetativo negativo de 6.951, a pesar de contar con la quinta población de España. El Estado también pierde población, pero lo frena en mayor medida. En la primera parte de 2015 se dejó 21.280 habitantes, mientras que en el primer semestre de este ejercicio la cifra se situó en 12.998.

Solo presentan crecimiento vegetativo comparando el primer semestre del año con el mismo tramo temporal de 2015 Madrid, Andalucía, Murcia, Baleares y Canarias. A pesar de ello, solo Castilla y León, con un saldo negativo de 6.093 habitantes se aproxima al desplome gallego. También pierden población País Vasco, Asturias, Aragón, Extremadura, Castilla-La Mancha, Cantabria, La Rioja, Navarra y Cataluña, que pasó del tímido repunte de 15 habitantes el año pasado a dejarse 858 este. De hecho, esta última comunidad cerró el pasado ejercicio en número positivos de 5.584 residentes, pero de nuevo su balance se ha teñido de rojo en la primera mitad de 2016.

La causa de estas cifras, elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística dentro del apartado Movimiento Natural de la Población, radica en la diferencia entre nacimientos y defunciones. En Galicia, las medidas a favor de la natalidad parecen no surtir el efecto deseado, pues nacieron en el primer semestre un 1,2% menos de niños que en 2015, pasando de 9.513 a 9.398. A pesar de todo, se trata del mejor comportamiento entre las 13 autonomías con números negativos y tres veces menos que la caída media del 4,6%. Solo la superan los territorios que ganan bebés: Baleares, Asturias, Cantabria y La Rioja.

En el apartado de defunciones, todas las autonomías se presentan con un dato inferior al de 2015, evidenciando el incremento de la longevidad, aunque Galicia presenta un descenso del 4%, casi la mitad de la caída del 7,8% a nivel general. En la comunidad fallecieron entre enero y junio 16.349 personas, 675 menos que en el mismo período del año pasado. Solo Navarra mejora esa cifra con un descenso del 2,6 por ciento.

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