"¿Os van a retirar a todos?", pregunta, entre risas, uno de los clientes que ayer se encontró en la sede de Abanca en Vigo con la soprendente bienvenida de R4. Un robot made in Japan, pero programado aquí en Galicia, que tanto coordina el turno de los usuarios y resuelve dudas varias, como se ofrece a bailar el archiconocido tema del Gangnam Style o a hacerse un selfi juntos e imprimirlo para la posteridad. "No, no, no", contesta también entre risas Eduardo Aldao, director de Innovación de la entidad. Por el momento la tecnología hecha medio humanoide viene para convivir en armonía con la plantilla. R4 no quiere "quitarle el trabajo a nadie". "Viene a ayudar a hacerlo. Al igual que el resto de máquinas que están aquí. Lo que pasa es que no son tan bonitas", afirma Aldao.

Cuestiones estéticas aparte, de lo que presume R4 es de darte un punto de alegría a la espera por un agente comercial. El cliente llega y pide número en el dispensador electrónico de turnos. "Cuando acabes con la máquina tonta ven a hablar conmigo, soy mucho más simpática", suelta el robot, que le informa al instante de quién le atenderá y en dónde. Incluso es capaz de tutear directamente al usuario si en la solicitud de vez ha introducido el número del DNI. Oficialmente es un robot de "protocolo" y confiesa que le gusta "conocer gente". ¿Algo así como un conserje? "Puede ser eso o muchas más cosas porque nuestra idea es mejorar la atención al cliente", indica Eduardo Aldao. Es, añade, un punto a favor de la "humanización" del conglomerado de sistemas tecnológicos que sostienen el día a día de una entidad financiera como esta. "la idea que tenemos es generar más empatía con los clientes, que estén en un lugar ameno", sostiene el responsable de Innovación. Por eso dos de los atractivos de R4 para amenizar el rato son esa coreografía de la canción interpretada, y viralizada, por el cantante y rapero surcoreano PSY, o la posibilidad de autorretrarse y llevarse la fotografía en ese mismo momento.

El futuro de R4 es todavía una incógnita. El estreno fue en Madrid, coincidiendo con la apertura de la nueva sede corporativa de Abanca en el céntrico Paseo de Recoletos el pasado mes de septiembre. Allí estuvo y sus primeros selfis fueron con el vicepresidente y máximo accionista, Juan Carlos Escotet, y el consejero delegado, Francisco Botas. "Fue la estrella de la fiesta", confirma Aldao. El "proyecto piloto" que protagoniza el "simpático" robot le ha llevado también a una oficina de la localidad de Pontedeume y mañana miércoles viajará a A Coruña. En función de los resultados, de si es capaz, como quiere el banco, de ayudar a agilizar las colas en oficina, se podría implementar la experiencia a parte de la red o dotar a R4 -que sabe español, inglés y "aprende" el gallego- de más funciones.

Galicia, "razón de ser"

El vicepresidente de la entidad, Juan Carlos Escotet, enfatizó también ayer el compromiso de Abanca con la comunidad. "Es nuestra razón de ser", dijo en la jornada Galicia, una economía que avanza. Escotet mencionó la pesca, la automoción y el textil como las "fortalezas" de la economía gallega, y emplazó a empresarios y administración a "explotar" las ventajas competitivas del sector TIC y el primario. "Hagamos un esfuerzo colectivo de país", defendió sobre las pymes y autónomos, "el verdadero pulmón de nuestra economía". El directivo cifró en 6.000 millones la financiación concedida a este colectivo entre enero y septiembre, que representa un incremento del 20% respecto al año pasado. Las pequeñas empresas han captado en el mismo periodo el 76% de la nueva financiación de Abanca, añadió.