Más de 134,6 millones de euros desembolsará el próximo año la Xunta por obra pública que ya está en servicio, pero que la Administración autonómica no empezó a pagar a las constructoras hasta su puesta en funcionamiento y además con un plazo de hasta 2040 para saldar la deuda. De este cheque, siete cada diez euros se irán para sufragar el Hospital Álvaro Cunqueiro, que se estrenó en julio de 2015: 23,8 millones por el canon anual para financiar la construcción del edificio y la prestación de servicios no sanitarios y 41,9 millones por inversiones en el complejo.

El año pasado se disparó el pago comprometido por el Gobierno autonómico a través de la colaboración pública-privada precisamente porque se inauguraba el nuevo hospital de Vigo. Se pasó de 56 millones a 122 millones, y 68 millones eran por el Cunqueiro. Este año, la cifra crece, pero no tanto. Serán 12 millones más.

Aparte de la factura del Cunqueiro, la Xunta tiene que hacer frente al cheque de la vía rápida del Salnés, 5 millones; la vía rápida del Barbanza, 11,9 millones de euros; la A-52 con la frontera portugesa, 8,9 millones; la autovía da Costa da Morte, 22,5 millones; y la autovía Santiago-Brión, 11,3 millones. Además de 9,3 millones por la adquisición o alquiler de equipos de alta tecnología hospitalaria en toda Galicia.

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Una factura de 2.722 millones

Según consta en el proyecto de presupuestos de 2017, enviado ayer al Parlamento, la Xunta terminará el próximo año con 2.722 millones comprometidos hasta 2040 en esta fórmula de pago en diferido, una fórmula muy habitual en las administraciones para acometer obras millonarias, en momentos de escasez económica. Las empresas adjudicatarias se encargan de la construcción, pero el contrato también suele incluir la conservación de la infraestructura y la búsqueda de financiación.

El Gobierno empieza a pagar cuando recibe la obra, pero además de saldar el coste de construcción, debe hacer frente a la financiación, el servicio de mantenimiento y los beneficios. Hasta 2035, la Xunta tiene previsto hacer frente a pagos anuales de unos 140 millones de euros en concepto de colaboración pública-privada.

Entre 2035 y 2040, el cheque será menos abultado y irá decreciendo. A no ser que en los próximos años, el Gobierno autonómico no acomete más obras acudiendo a esta fórmula de pago en diferido. En todo caso, para el próximo ejercicio no está previsto acometer ninguna inversión nueva bajo este sistema.

El nuevo hospital de Vigo es la obra pendiente de pago con la factura más abultada, 1.131,4 millones de euros, tal como consta en el borrador de las Cuentas de 2017. La segunda obra con mayor presupuesto es la autovía da Costa da Morte, con 621,7 millones de euros comprometidos hasta 2038.