En 2009, en los primeros albores de la crisis, un total de 13.684 gallegos estaba a tratamiento por un consumo problemático de drogas, desde psicoestimulantes, como cocaína, anfetaminas o éxtasis, hasta alcohol o heroína, la principal responsable de los ingresos. Seis años después, quienes se encuentran en un programa de desintoxicación en la comunidad se han reducido un 6,3 por ciento, hasta sumar un total de 12.816 usuarios, lo que supone la cifra más baja registrada en los últimos años, al menos desde 2009.

Si el número total de pacientes atendidos ha sufrido una reducción se debe también a que ha descendido la cifra de las nuevas admisiones, tanto de pacientes que por primera vez se apuntaron a un programa para desengancharse como de quienes volvieron tras sufrir una recaída. Mientras en 2014 la Consellería de Sanidade contabilizaba una media diaria de once ciudadanos que buscaban una solución a su adicción a las drogas en tratamientos supervisados por profesionales sanitarios, el año pasado se produjo un descenso, hasta los diez por día.

De ese modo, las nuevas admisiones a tratamiento se elevaron a 3.896 en 2015, lo que implica un diez por ciento menos que las registradas en 2009, cuando alcanzaron las 4.352, y que asimismo serían un 3,3% inferiores a las notificadas en 2014. No obstante, en 2011 y 2012 las cifras fueron aún más bajas.

Asimismo los datos recopilados por la Xunta sobre admisiones a tratamiento de sustancias psicoactivas permiten constatar que el peso de las mujeres con problemas de drogas lo suficientemente serios como para solicitar apoyo clínico se ha ido incrementando a lo largo de los últimos años. Si en 2009 suponían el 15,6% de los nuevos ingresos -con un total de 679 frente a 3.673 varones, que acaparaban el 84,4% de las admisiones-, el año pasado llegaron a representar el 20,2 por ciento.

Aun así, el perfil de las admisiones a tratamiento por drogas en la comunidad, analizando en concreto las ilegales, es masculino: cuatro varones por cada mujer. Además, se confirma que las drogas son un problema que afecta sobre todo a la juventud. Aunque entre 2011 y 2015 se ha incrementado en un año la media de edad de los sujetos que pretenden desintoxicarse, la media se sitúa aún en la treintena (34,5 años). También parece haber una relación entre un bajo nivel educativo y consumo: casi el 80 por ciento de los que se tratan por consumo abusivo de sustancias tienen estudios primarios o ni siquiera los completaron. En un 28 por ciento de los casos, disponen de trabajo e ingresos laborales, mientras que un residual 4,6% se busca la vida en actividades marginales.

Las dos sustancias a las que están más enganchados los gallegos que buscan ayuda terapéutica para dejarlas son la heroína y la cocaína. De hecho, la mitad de los pacientes a terapia lo están con un programa de derivado de opiáceos, pensado para los consumidores de heroína que están en el tratamiento con metadona de forma crónica, incluso durante años, como explicó a este diario el director del programa de Drogodependencias de la Asociación Alborada, Jesús Cancelo. Con todo, la heroína ha perdido peso desde el año 2011. Si entonces era la principal sustancia para el 41% de los adictos, ahora lo es para el 32,5%, mientras que la cocaína se mantiene estable, al imperar en un 32% de los casos. En concreto, 1.382 ciudadanos están anotados en el programa específico de dependencia a estimulantes.

Las estadísticas del Sergas revelan asimismo que más de la mitad de quienes están desenganchándose tienen problemas legales -el 27% incluso ingresó en prisión- y cuatro de cada diez están a tratamiento psiquiátrico -seis puntos más que hace un lustro-.