El precio de la vivienda en Galicia encadena más de un año y media de subidas y alcanza su cifra más alta desde el estallido de la crisis, al mismo tiempo que este ejercicio las compraventas repuntaron un 15% con el mejor registro desde 2012. Son dos datos que evidencian la recuperación del mercado inmobiliario a lo que se suma un aumento de la facturación anual del sector en la comunidad, que superó los 772 millones en el primer semestre, un 15% más de lo previsto según los datos de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). También el stock de suelo sin edificar cayó por primera vez desde el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y la superficie vacante en los núcleos urbanos de los concellos disminuyó un 7% en un año ¿Pero quienes han permitido esta recuperación? Si antes de la recesión eran los jóvenes los que se embarcaban en invertir sus ahorros en una hipoteca, ahora el perfil ha cambiado.

La mayoría de las transacciones realizadas este ejercicio fueron realizadas por mayores de 50 años, que son los que tienen ahorros y los destinan a un inmueble de segunda mano como segunda vivienda a la que pretenden sacarle rentabilidad y colocarlo en el mercado de alquiler.

Los menores de 35 años que antes de la recesión acaparaban el 60% de las compras realizadas en Galicia, en la actualidad apenas representan el 15% del total de las transacciones.

El presidente de Fegein, Benito Iglesias, aclara que los pocos jóvenes que se animan a meterse a una hipoteca se decantan por pisos nuevos porque prefieren "estrenar" su hogar que tener que dedicar más dinero a rehabilitarlo aunque el precio de venta sea menor. Desde el sector inmobiliario añaden que el 85% de los jóvenes residen hoy de alquiler en esas viviendas que precisamente rentan los mayores de 50 que compran inmuebles para cubrir la necesidad de esta demanda.

Aparte de las dificultades para encontrar trabajo, las elevadas cargas fiscales que gravan una casa nueva también influyen en la caída de las compras, en especial entre los menores de 35 años. Por eso muchos de ellos optan al final por el alquiler o no se emancipan y siguen viviendo en casa de sus padres.

Iglesias recuerda además que en épocas de bonanza las parejas jóvenes, muchos procedentes de otros países, adquirían su futura casa en plano en promociones de obra nueva, una tendencia que desapareció con la crisis inmobiliaria. Y pagaban -añade- entradas muy elevadas con las que desembolsaban buena parte del precio total.

La recesión provocó un desplome de la llegada de inmigrantes por la falta de oportunidades laborales, al mismo tiempo que a los jóvenes gallegos también se les reducían las posibilidades de acceder al mercado laboral y ahorrar para pagarse una vivienda en propiedad.

Pese a la recuperación del sector, el auge se debe al repunte del alquiler, que ha crecido un 23% desde el inicio de la crisis mientras que las hipotecas se han estancado. Y eso aunque este cambio de tendencia haya provocado una reducción del importe de los créditos para comprar una vivienda, al mismo tiempo que suben las rentas que reclaman los propietarios a los inquilinos. De hecho, respecto al total del mercado inmobiliario, Iglesias apunta que en 2008 el alquiler representaba un 11% y en la actualidad ya supone un 20%. Es decir, en dos de cada diez inmuebles del parque inmobiliario viven personas en régimen de alquiler, un segmento que ha crecido más de un punto por año desde la crisis del ladrillo. La movilidad laboral derivada del actual contexto económico el que también ha obligado -señalan desde Fegein- a decantarse por vivir de alquiler en lugar de invertir en un inmueble en propiedad.