Ser los "ojos y oídos" de la Xunta para recibir de primera mano las demandas de la ciudadanía. Esta fue la misión que ayer encomendó el presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, a sus delegados territoriales en su toma de posesión, que también realizó el que desde 2009 es su director de gabinete, Álvaro Pérez López.

Feijóo avanza en la confección de su equipo tras nombrar conselleiros el día 13. El presidente de la Xunta afronta la que podría ser su última legislatura y cualquier matiz en su discurso empieza a leerse en esa dirección. Ayer declaró que es "imprescindible" un "relevo generacional" en la política gallega.

A sus delegados les pidió "dejar para el pasado el fantasma de la recesión e iniciar con nuevo resuello la Galicia de la recuperación". También les exigió "no defraudar al pueblo de Galicia".

Tres de los delegados repiten en sus puestos. El más veterano es José Manuel Cores Tourís, delegado en Pontevedra desde 2009 y del que el presidente destacó su "absoluta accesibilidad", mientras que Ignacio López-Chaves vuelve a ocupar el puesto en Vigo, tras asumirlo hace un año, y al que Feijóo señaló como prioridad atender una nueva realidad tras la puesta en marcha del área metropolitana. En la misma situación, pero en Ourense, se encuentra Marisol Díaz Mouteira.

Debutarán en el cargo Ovidio Rodeiro, que deja la Alcaldía de Boqueixón, en A Coruña, y el exdiputado José Manuel Balseiro en Lugo. Del primero, Feijóo destacó que el primero representa el relevo necesario de caras, mientras que del último destacó su renuncia a "una vida más cómoda y mejor remunerada".

En representación de los delegados intervino Cores Tourís, que agradeció la confianza depositada por Feijóo.

Los seis nombramientos suponen cinco salidas obligadas del Parlamento -todos menos Rodeiro tenía acta- y la entrada, a partir de hoy, de Silvestre José Balseiros y Alberto Pazos Couñago, por Pontevedra; Daniel Vega, por Lugo; Antonio Mouriño, por Ourense; y María Ángeles Antón, por A Coruña.