Todas las pruebas de la reválida de Bachillerato, que será la nueva selectividad y se celebrará por primera vez en junio, serán de asignaturas troncales del currículo de 2º de Bachillerato. Este es uno de los puntos que aclararon ayer Ministerio de Educación y rectores, tras un encuentro para llevar a la reunión del día 28 un diseño final de cómo quedará la evaluación final de Bachillerato, de la que saldrá, como hasta ahora, la nota de acceso a la universidad.

Las propuestas planteadas hasta ahora por Educación hablaban de ocho asignaturas obligatorias (cinco troncales, dos troncales de modalidad y una específica). Según el esquema presentado ayer serán seis exámenes (cuatro de ellos puntuarán sobre 10 mientras que otros dos servirán para subir la nota hasta 14, si bien todas las pruebas serán obligatorias). Según el presidente de la Conferencia Española de Rectores (CRUE), Segundo Píriz, el acuerdo alcanzado es "razonable" y encaja con lo que demanda la comunidad académica. "Espero, quiero y deseo que la medida contente a las comunidades autónomas y a las universidades", manifestó Píriz. Con los avances presentados ayer se elimina también la duda de si entraría materia de primer curso de Bachillerato, como planteaba al principio el Ministerio de Educación. Tanto la Lomce como los últimos borradores sobre las características de estas evaluaciones indicaban que los alumnos deberían examinarse no solo de las asignaturas troncales de 2º de Bachillerato, sino también de algunas materias de primero, algo que estaba generando mucho desconcierto en la comunidad educativa, que pedía de forma unánime el reestablecimiento de la antigua selectividad.

El presidente de la CRUE expresó que el nuevo formato no afectará al "distrito único" que permite que cualquier estudiante de cualquier comunidad autónoma pueda optar a una plaza en universidades de todo el territorio español e indicó que las pruebas "son bastante homogéneas. "Hay homogeneidad en las pruebas, independientemente de que cada comunidad tenga la libertad de poner las preguntas que considere oportunas", apuntó Píriz.

La Xunta aplaude los cambios

El conselleiro de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, Román Rodríguez, valoró ayer los cambios introducidos por el ministerio como una muestra de que "se busca y se quiere fomentar el acuerdo" y el "diálogo" para lograr el pacto educativo. Una actitud que contrapuso, a preguntas de los medios, frente a los "mensajes alarmistas" y "con fuerte carga política" lanzados reiteradamente en contra de la acción de Gobierno y la propia Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce). "El tiempo viene a poner a cada uno en su lugar", señaló. Rodríguez consideró "muy positivo" el modelo propuesto. Píriz aseguró que las pruebas no van a ser "ni más fáciles ni más difíciles" que las que se venían haciendo con el antiguo sistema educativo. "Antes los estudiantes que querían sacar la nota de hasta un 14 tenían la obligación de hacer los seis ejercicios. Creo que el grado de dificultad será muy parecido al de los últimos años que está permitiendo que más del 90% de los estudiantes que quieren acceder a la Universidad puedan hacerlo", puntualizó. Igualmente, Píriz espera que el texto final de alguna competencia más a las universidades en la definición de las pruebas, aunque aseguró que le consta que la mayoría de las comunidades autónomas están trabajando ya con ellas, como es el caso de Galicia, con un grupo de trabajo creado entre la Administración autonómica, las tres universidades y la Comisión Interuniversitaria de Galicia (CIUG).

Durante su intervención, el presidente de CRUE Universidades Españolas aprovechó para mostrar su satisfacción por que "el Pacto de Estado por la Educación se encuentra finalmente en la agenda política". Los consejeros socialistas de Educación consideran el cambio en las evaluaciones es un "paso adelante" para el "inicio" de una negociación con el Gobierno del PP para lograr el Pacto Nacional por la Educación, pero "insuficiente". Para Ciudadanos, el proyecto de decreto-ley recoge "básicamente" las exigencias que la formación naranja hizo al PP durante sus negociaciones.