En una parada cardiorrespiratoria la diferencia entre la vida y la muerte puede ser cuestión de minutos. Por eso el anteproyecto de decreto que regulará la instalación de desfibridores automáticos externos (DESA) en Galicia incluye que en una "situación excepcional" en la que no se disponga de alguien "con la formación y la titulación necesarias" para usar el dispositivo, el 061 podrá "autorizar a cualquier otra persona para el manejo" de la máquina, aunque las autoridades sanitarias mantendrán la supervisión del proceso.

Así lo señalaron ayer las autoridades sanitarias durante la presentación de un programa piloto que se desarrollará en Santiago con la ayuda de Cruz Roja y que gracias a una app movilizará a través del 061 a los dos voluntarios más cercanos en esos casos. Uno hará las maniobras de reanimación cardiopulmonar y otro buscará el desfibrilador más próximo. Dado, como recordó el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, que la probabilidad de supervivencia se duplica si hay reanimación, la Xunta también baraja a largo plazo emplear drones equipados con DESA, sobre todo en el área rural.