Dispuesta a hacer "un gran esfuerzo de integración" y a "patear el país" con el objetivo de que "todos los sectores del PSdeG se sientan representados". Así se mostró ayer la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, un día después de que trascendiese que el PSOE de Vigo y sus aliados la han propuesto como relevo de Pilar Cancela, al frente de la gestora del PSdeG. Silva aceptaría el envite, que debe lanzar Ferraz, aunque, dijo ayer, le suponga salir de su "espacio de confort político". "Nunca le voy a negar al PSOE nada que me pida", aseveró.

La propuesta presentada a Madrid, que ayer guardó silencio sobre esta iniciativa, colocaría a Silva al frente de la gestora, pero también incluiría a los otros dos presidentes de Diputación, a los secretarios generales en las provincias, al portavoz parlamentario y el máximo responsable de Xuventudes, entre otros. El objetivo es que "todas" las sensibilidades estén representadas, pero la integración a día de hoy parece difícil. Xoaquín Fernández Leiceaga declinó pronunciarse y Valentín González Formoso y Julio Sacristán, dos de los nombres para entrar en la nueva gestora, el primero por ser presidente de la Diputación de A Coruña y el segundo por ser el secretario general del PSOE coruñés, ya han rechazado la invitación, y han cuestionado la iniciativa impulsada desde el PSOE vigués. La consideran "unilateral" y les disgusta la inclusió de sus nombres sin consultarles.

Desde Lugo, el diputado Luis Álvarez pidió a sus compañeros "dejar de poner y quitar nombres", pero acto seguido consideró que Xoaquín Fernández Leiceaga sería "un buen secretario xeral del PSdeG".

En cambio, la responsable del PSOE local de A Coruña, Mar Barcón, y la portavoz del PSOE de Ferrol, Beatriz Sestayo, respaldan el proyecto promovido por los socialistas de Pontevedra con el respaldo de dirigentes de las otras tres provincias. A Barcón le gusta Carmela como presidenta de la gestora. "Tiene mucho recorrido. Fue portavoz en el Senado, tiene bagaje político, con una plataforma institucional importante", declaró, tras apostar por reconstruir la unidad del PSOE y advertir: "No se puede hablar de norte-sur. Ni construir discursos contra nadie. Ni la única opinión válida puede ser la de Abel Caballero, pero tampoco se puede construir el PSOE contra Abel".

Sestayo valoró la iniciativa de los socialistas de Vigo. "Estoy satisfecha de que el PSdeG avance y salga de la parálisis en que está metido" y se mostró comprometida a "ayudar a salir de esta situación".

El regidor olívico, Abel Caballero, por su parte, explicó que "un número importantísimo de militantes del PSdeG está buscando una salida para tener dirección política en el partido" y defendió que en la nueva gestora se pretende que "participen todas las sensibilidades del partido" para reconducir el rumbo del PSOE gallego, y así tenga opciones de "ganar las siguientes elecciones autonómicas". Añadió que tanto él como Silva "saben bastante de ganar elecciones".

González Formoso se ratificó en contra de cambiar una gestora por otra, y defendió que mejor convocar ya un congreso y que decidan los militantes. "No participaría en una gestora que no nazca del consenso y del diálogo y responda a la unilateralidad, sino que debe respetar las distintas posiciones", aseguró el dirigente coruñés. Sacristán reclamó "un congreso en Galicia antes de Semana Santa", aunque los estatutos del PSOE marcan que primero debe celebrarse el federal, y Ferraz no quiere adelantar el cónclave gallego. "Las gestoras no se proponen así y Silva no es la persona indicada para coser el partido en estos momentos", agregó.

La titular de la Diputación de Pontevedra defendió que el PSdeG, tras cosechar "el peor resultado de su historia" el 25-S, debe "romper la interinidad y la falta de proyecto, discurso y acción", en el que está sumido desde que José Ramón Gómez Besteiro dimitió el pasado mes de marzo como secretario xeral por sus imputación judiciales y en su lugar dejó a Pilar Cancela, diputada en el Congreso.

La propuesta de un nuevo equipo para ponerse al frente del PSdeG está en la mesa de la gestora del PSOE, que es la única que tiene competencias para disolver la actual gestora gallega y nombra otro equipo para dirigir el rumbo del PSdeG hasta la celebración del congreso autonómico.