Una treintena de alcaldes y cargos municipales del PP irrumpieron ayer en la Diputación de Pontevedra, gobernada por PSdeG y BNG, para exigir a la presidenta provincial, Carmela Silva, una reunión en la que fijar criterios de reparto de los fondos de la institución. El gobierno provincial tachó su actitud de "acción intimidatoria" y "chantaje" e incluso los consideró "escrachistas", en alusión a la forma de protesta que se extendió durante la crisis económica contra numerosos políticos.

Los alcaldes de Rodeiro, Luis Pérez, y Mos, Nidia Arévalo, encabezaron la comitiva que se adentró en el salón de plenos provincial. "No venimos de paseo ni a saludarla", advirtió el primero, que denunció la "discrecionalidad" que, a su juicio, guía el reparto de fondos por parte de Silva, que el año pasado relevó al popular Rafael Louzán tras doce años de este en el puesto. La presidenta provincial se negó a recibir a los protestantes.

Tras abrirse el conflicto, el gobierno provincial alegó precisamente que el nuevo reparto de fondos ponía fin a la discrecionalidad que había imperado durante la etapa del PP al frente de la institución. "Las peticiones de entrevista con Silva tuvieron el silencio como respuesta en el mejor de los casos, en más de una ocasión la respuesta fueron insultas y hasta amenazas", censuró el alcalde de Rodeiro.

La respuesta del gobierno provincial procedió del socialista Carlos López Font, responsable de Régimen Interior, que denunció una maniobra política antidemocrática y apuntó al presidente del Partido Popular provincial y vicepresidente de la Xunta. "[Alfonso] Rueda es el verdadero ideólogo de un escrache en toda regla, de una acción intimidatoria y abusiva, que está convirtiendo al PP en un antisistema y escrachista", censuró. Consideró "indigna" la "toma" del Pazo Provincial.

Molesta porque personal de la Diputación anotase los nombres y apellidos de la treintena de personas que entraron al Pazo Provincial, Nidia Arévalo consideró "una falta de respeto" de la presidenta el no recibir a los alcaldes, "elegidos por los vecinos" y alertó del "error" que supone "poner en marcha nuevo plan concellos de espaldas a los alcaldes de la provincia".

Los populares aseguran que, justo cuando abandonaban el Pazo Provincial, una personal del gabinete de la presidencia telefoneó a la portavoz del PP para trasladarle que la presidenta le había comunicado que no los iba a recibir "ni ahora ni nunca".