La decisión de la Mesa del Parlamento de que el BNG y En Marea intercambiasen sus despachos en la Cámara, provocando el abandono de los primeros de las que son sus dependencias desde los años 80, disparó las críticas de los primeros. La líder frentista, Ana Pontón, acusó a los rupturistas de sumarse a la "gran coalición PP-PSOE" y actuar con "soberbia", mientras que el portavoz de los segundos, Luís Villares, le recordó que las instalaciones "son del Parlamento, no de los partidos políticos" y alegó que solo pidieron espacio suficiente para acoger a sus 14 diputados, sin una petición expresa de intercambio, y dejó la decisión en manos de la Mesa, que hoy se reúne. "Creo que siempre ha sido así", añadió el exmagistrado.

En Marea reclamó poco después de la toma de posesión de los diputados más espacio en la Cámara que el mantenía hasta ahora, heredado de AGE. Este grupo logró 9 escaños en 2012 -que luego se redujeron a 6 por las fugas al grupo mixto-, frente a los 14 actuales, motivo por el que los de Villares plantearon la necesidad de más metros cuadrados. Por el contrario, el BNG ocupa los mismos despachos que cuando llegó a contar con 18 diputados frente a los seis actuales.

Hace días, la Mesa -de la que no forma parte el Bloque- decidió por unanimidad que el grupo de Villares y el de Pontón intercambiasen oficinas, autorizando a este último a las obras necesarias para adaptarlos a sus necesidades. "El hecho de que haya nuevos grupos no tiene por qué significar que no puedan tener más espacios, pero que eso no se haga a costa del agravio para otros, en este caso, un agravio para el grupo parlamentario del BNG", se quejó ayer Pontón sobre un conflicto menor que evidencia la tensión en la oposición. Por un lado, En Marea y PSdeG pugnan por liderar la alternativa. Por otro, los primeros y el BNG se disputan votos nacionalistas.

"Me sorprende mucho que los que hablan de esa gran coalición en Madrid, pues resulta que se suman a esa gran coalición en la Mesa del Parlamento y actúan con una unanimidad que me resulta absolutamente sorprendente", añadió en un ataque a En Marea. "Pienso que las cosas hay que hacerlas con otro sosiego, con otra calma", dijo en alusión al reciente debate de investidura, si bien el traslado no se materializará previsiblemente hasta después de Navidad.