Uno de cada cinco domicilios de la comunidad (el 23,3%) presenta un riesgo alto de concentración de radón, pero el sur, Pontevedra y Ourense, es el que más sufre la presencia de este gas noble considerado un carcinógeno humano. En Pontevedra serían un 28,6% los hogares afectados mientras en Ourense la cifra se dispara hasta uno de cada tres. En A Coruña supondrían el 19,6%, mientras Lugo sería la provincia "menos contaminada" de Galicia (14,7%).

Los datos, que revelan que el 80% de las comarcas registran mediciones de este gas radiactivo muy elevadas, los desgranaron ayer los profesores de Medicina Preventiva e Saúde Pública de la Universidade de Santiago y miembros del Laboratorio de Radón de Galicia, Alberto Ruano y Juan Miguel Barros, este último director y responsable del Mapa de Radón de Galicia. Con más de 3.400 mediciones de radón residencial, los investigadores presentaron la versión más completa y actualizada del mapa, que definen como un "instrumento de servicio público" que pretende servir a ciudadanos y a Administración.

A su juicio, es importante la "prevención" y por ello sugieren medidas que pasan por que se impliquen las administraciones y por que el radón se incluya en el Código Técnico de Edificación, dado que existen soluciones que pasan por "hacerle un camino para que no suba por donde no debe". Como reivindica Barros, es preciso que se construya "a prueba de radón" y espera que la UE así lo ordenará en una directiva en 2018, aunque esa futura norma contiene un punto que cuestiona este científico, dado que elevará el nivel a partir del que se considera que el gas puede suponer un riesgo para la salud desde 200 bequerelios por metro cúbico a 300.

A Ruano le parece un límite "bastante alto para marcar el punto a partir del cual hay que actuar para reducir la concentración de este gas". Y alega que en Estados Unidos es la mitad, 148, el "equivalente, apostilla, a recibir 200 placas de tórax anuales". Además la OMS lo fijó en 2009 en 100 en un informe en el que participaron estos profesores, añade, y para ello "se basó en un gran estudio" que observaba que "a partir de 100 aumentaba de forma estadísticamente significativa el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón".

Al margen de que Galicia sea de por sí una zona de riesgo (la de mayor concentración del país) porque "gran parte del sustrato geológico es granítico" y el sustrato sobre el que se asienta la casa es lo que más influye, el equipo de la USC preparó dos versiones del mapa, con el límite en 200 y con el nuevo, "el oficial", 300. Con el nuevo, las comarcas con un riesgo alto de radiación se rebajan de 42 a 30, los concellos pasan 203 a 139 y los domicilios caen a la mitad. Con la medida actual, cuya vigencia defienden, las comarcas con mayor porcentaje de hogares con un alto riesgo de concentración del gas estarían lideradas por O Morrazo (52%) y Quiroga, en Lugo (50%).

La exposición al gas radón es, tras el consumo de tabaco, el segundo factor de riesgo de cáncer de pulmón y el primero en nunca fumadores, explicó Ruano. Por ello el Código Europeo contra el Cáncer, de la OMS, lo señala como una de las exposiciones ambientales a reducir. En el Laboratorio de Radón de Galicia creen que a partir de su mapa las administraciones pueden "planificar y ejecutar acciones para reducir la concentración del gas" en viviendas y trabajo. Se miran en el ejemplo de los países nórdicos, Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá o Irlanda, "donde hay una legislación muy avanzada para proteger a la población".

Dado que el Mapa del Radón es un instrumento "vivo", los investigadores aspiran a duplicar las mediciones el próximo año y a completar las zonas de los concellos menos cubiertas por los detectores. En las nuevas lecturas se constata, dicen, que "los resultados fundamentalmente siguen siendo los mismos": Galicia, señalan, "tiene un problema de radón".

Los gallegos ya lo saben y recurren a este Laboratorio para hacer unas mediciones cuyas tarifas dependen de la urgencia del interesado.

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