Las gaitas abrirán de nuevo el mandato de un presidente de la Xunta del PP, en este caso, el que será el tercero y último de Alberto Núñez Feijóo. Alrededor de medio centenar de miembros de la Real Banda de Gaitas de la Diputación de Ourense aportarán banda sonora a la recuperación de un festejo tras la toma de posesión como jefe del Ejecutivo que Feijóo suspendió en 2012 por motivo de la crisis. La novedad, más allá de un gesto que quiere apuntalar que la recesión empieza a ser historia, afectará también a un cambio de formas y estilo en la oposición en el acto solemne previo en el Parlamento. Atrás queda la bronca y el plantón de los líderes de PSdeG, AGE y BNG en 2012 a la toma de posesión en la Cámara. Hoy los portavoces de En Marea, socialistas y nacionalistas mantendrán la cordialidad institucional y asistirán al acto, aunque luego no se acercarán a festejarlo en el Obradoiro compostelano, antes de que Feijóo finalice el guion en el pazo de Raxoi. Su oposición política se mantiene, pero con menos decibelios y exabruptos, al menos de momento.

La evolución económico-social constituye el termómetro real del éxito de la legislatura que arranca, pero en el terreno político encierra tres grandes incógnitas: qué legado dejará Feijóo, quién lo sucederá y qué fuerza liderará una oposición debilitada tras no ser capaz de erosionar al PP siquiera durante la peor recesión económica que se recuerda.

En Marea superó en votos al PSdeG, pero ambos competirán por encabezar la alternativa; el portavoz de la primera, Luís Villares, desde el rupturismo y heredando de Beiras su condición de antagonista de Feijóo, pero sin llamar "fascistas", "asesinos" o "ratas" a sus rivales, cambio que le agradeció el presidente electo; su homólogo socialista, Xoaquín Fernández Leiceaga, desde la invitación al diálogo y con un perfil más institucional. Con solo seis escaños, el BNG buscará su hueco con Ana Pontón.

La anécdota solo sirve como acercamiento a la explicación de un suceso si su exposición se dota de un contexto. En el debate de investidura del jueves, Villares y Leiceaga se apresuraron a felicitar a Feijóo tras ser ungido por el Parlamento. Pontón los emuló después. No fue casual. Hoy darán otro paso para ceñir su crítica a los discursos.

Hace cuatro años esa cordialidad resultaba una quimera. Ningún miembro de la AGE de Beiras -predecesora de En Marea- ni del BNG acudió al acto parlamentario y Pachi Vázquez, entonces líder socialista, delegó su presencia. Fue el prólogo de enfrentamientos de alto voltaje, amagos de golpes y expulsiones parlamentarias durante casi cuatro años.

Incluso dos de los alcaldes del cambio -Martiño Noriega, de Santiago; y Jorge Suárez, de Ferrol-, convertidos en diana del PP en su intento por recuperar las urbes coruñesas en las municipales de 2019, confirmaron su asistencia hoy a O Hórreo -Xulio Ferreiro (A Coruña) excusó su ausencia-, no al festejo frente a la catedral. Contrastará con su ausencia el jueves durante el debut de Villares en una investidura. Noriega lo vinculó con cuestiones de agenda y reiteró su apoyo al exjuez. Ambos cenaron juntos ese día en la capital gallega.

La recuperación de la gaiteirada fraguista en Santiago supone también un gesto de normalización por parte de Feijóo, que en 2009 reunió a 5.000 personas. Como entonces, escuchará a la banda de gaitas ourensana, que tocará la muiñeira de Pontesampaio y los himnos actual y del Antiguo Reino de Galicia. Como en su debut, tendrá al lado a Mariano Rajoy, aunque como presidente del Gobierno en la segunda toma de posesión autonómica a la que asiste desde 2011, tras la de Cospedal. Acudirán otros cargos del partido y del Gobierno, así como la presidenta del Congreso, Ana Pastor.

Feijóo afronta este mandato desde el continuismo. Ofrece pactos a PSdeG y BNG para restablecer la cordialidad política, en contra de su alegato de 2009 en el Obradoiro contra lo que entendía imposición lingüística del bipartito. Mantiene su tradicional mutismo sobre los cambios en la Xunta, remodelada en octubre, por lo que en el PP se entiende que apenas realizará retoques. Alfonso Rueda seguirá de vicepresidente y Francisco Conde, al frente de Economía, aspectos reconocidos de forma implícita por el propio Feijóo en una entrevista a FARO.

Las incógnitas se centran en los rostros que llevan desde 2009 en el Consello, Beatriz Mato (Medio Ambiente) y Rosa Quintana (Mar), y en saber si Vigo contará con un conselleiro, pues desde 2015, tras la salida de Elena Múñoz para ser candidata a la alcaldía de la ciudad, la primera urbe de Galicia no tiene representación en el Consello.