El déficit de conocimiento de inglés que presentaba España en comparación con países de su entorno, como Portugal, solían atribuirlo los expertos a que en el país vecino jugaban con la ventaja de ver el cine subtitulado y no doblado. Ahora internet ha resuelto esa papeleta y, de hecho, directores de escuelas de idiomas como la de Santiago, Gonzalo Constenla, consideran que "el impacto de internet en el aprendizaje de idiomas es brutal". "Jóvenes y menos jóvenes acceden a series y a películas a través de internet y se nota muchísimo en la comprensión y en el vocabulario", señala. "En el caso de inglés será definitivo. Ya se demostró en Portugal", proclama.

Sin embargo, las escuelas de idiomas no desaparecerán por ello. Como alega Constenla, un siglo de existencia las avala y "las lenguas nunca mueren". Ni siquiera están en riesgo por el hecho de que la educación obligatoria enfatice la enseñanza del inglés. Aunque la formación mejore en nivel intermedio, siempre queda "reactivar" el idioma y profundizar, argumenta.

A su juicio, las escuelas oficiales de idiomas sabrán "reinventarse", sobre todo apuntando hacia ese aspecto y la especialización. "Cambian las necesidades", apunta, y "los cursos avanzados y de especialización abren nuevas posibilidades". Por ejemplo, cada vez más los grados y los posgrados exigen un mayor nivel de inglés, mientras en algunos países ya no basta solo con una lengua extranjera, sino que se exigen dos. En ese sentido, los gallegos, dice, juegan con ventaja, de ahí la demanda del portugués.