Entre otras muchas discusiones, la grave crisis económica que España todavía intenta sellar abrió un debate sin precedentes sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones, una de las patas en las que descansa el estado de bienestar. El parón de la actividad disparó el paro y con él cayeron en picado las cotizaciones, principal fuente de financiación de las prestaciones a jubilados, viudos o invalidez. Pero "los desequilibrios que presenta el sistema van más allá de la evolución del mercado de trabajo durante el actual período de crisis y empiezan a ser el resultado de una realidad demográfica, estructural a medio y largo plazo, que será determinante de la viabilidad económica futura del sistema", apunta el análisis que acaba de publicar la Revista Galega de Economía sobre "los elementos diferenciales" de las pensiones en la comunidad. Y uno de ellos, "llamativo y preocupante", según el análisis elaborado por Miguel Vázquez Taín, profesor de la Universidad de Santiago y presidente de los economistas gallegos, es que en los importes de las nuevas pensiones en la comunidad "apenas se corrigen" las distancias con las del resto del Estado. Los gallegos cobran ahora de media un 15,6% menos (748 euros), casi un 17% en el caso de las prestaciones por jubilación (847 euros), que son la mayoría. La cuantía en aquellas que se empezaron a recibir en 2015 son un 20% más elevadas (1.167,4 euros en los retirados) que las antiguas, pero mantienen una brecha superior al 14% respecto al conjunto del país.
Durante 2015, el número de pensionistas en Galicia rondó los 662.800, con un total -porque hay algunas que son compatibles si se respetan los límites de cuantía fijados por ley- de 750.700 prestaciones. La cifra no dejó de aumentar en la última década, cerca de un 9%, aunque a un ritmo menor que los 15 años anteriores, cuando la comunidad pasó de 480.000 beneficiarios en 1990 a 608.000 en 2005, un 26% más.
El colectivo representa más de una cuarta parte de la población de la autonomía. El 62% corresponde a los jubilados; un 25% por viudedad; el 3,2% a huérfanos; el 0,8% a favor de familiares; y el 9,1% por incapacidad permanente, la única prestación que baja en estos últimos ejercicios -un 2%, hasta los 68.500- "por las mayores restricciones que, fruto de los desequilibrios económicos del sistema, se han impuesto para acceder a las mismas".
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Por esa misma razón, la merma de los ingresos, las últimas reformas del sistema incorporaron un freno en la revalorización anual de las pensiones, que volverán este año a incrementarse únicamente un 0,25%. Eso no evita que por la propia dinámica de la sociedad, cada vez más envejecida, el gasto siga al alza. El coste del sistema en Galicia el pasado año, incluidos los complementos a las más bajas -el 33% en Galicia, una de las comunidades con la menor pensión media, tienen derecho a esa compensación- que van a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, alcanzó los 7,829,5 millones de euros. Un 58% por encima del gasto en 2005. La evolución de los afiliados en la doble recesión siguió la tendencia contraria, lo que provocó un agujero en la cobertura de las prestaciones en Galicia de 3.171 millones de euros. Más del 12% del déficit en todo el sistema. O, dicho de otro modo, las cotizaciones a la Seguridad Social en la comunidad solo llegan para pagar el 66,2% de las pensiones.
Por cada beneficiario, en Madrid, Baleares y Canarias, hay más de 2,55 trabajadores en activo. En Galicia es casi la mitad. La proporción se sitúa en 1,42. La media estatal es de 2,03. ¿Y lo ideal? La viabilidad del sistema de pensiones queda garantizada con una ratio de afiliados frente a pensionistas de 2,4, por lo que la comunidad debería incrementar más de un 40% la cantidad de empleados en alta y un 45% en el caso de sus cotizaciones para poder evitar que el agujero siga acrecentándose.
El gasto en la región equivale al peso de la industria en el PIB
- El gasto en pensiones representa el 10,7% del Producto Interior Bruto (PIB) del país. En Galicia, la tercera comunidad con mayor peso del presupuesto para las prestaciones, alcanza el 14,2% e incluso supera el 16% con la suma de los complementos a mínimos y el desembolso por las bajas laborales y permisos de maternidad. El equivalente a toda la producción del sector industrial.Mucho se habla de la tasa de sustitución o de reemplazo de las pensiones en estos meses de debate sobre el sistema. ¿Qué significa eso? Pues es el porcentaje que los jubilados reciben en comparación con el que era su salario. El estudio compara los salarios medios de los mayores de 55 años con las nuevas pensiones y apunta a que en Galicia ronda el 63,5%. En el conjunto del Estado es el 61,9%. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos recomienda el 60%.El "desequilibrio tan importante" evidencia "un problema estructural", según Vázquez Taín, que sostiene que las reformas de 2011 y 2013 "empeoran y reducen las condiciones en las que se causan las pensiones y su cuantía". "Los efectos de la dinámica demográfica superarán el resultado de estas reformas y los posibles incrementes en los ingresos derivados de una mejora del mercado laboral", advierte.
