El presidente de la Xunta y líder del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, asistió, desde la tribuna de invitados y sentado al lado de Elvira Fernández, a la investidura de Mariano Rajoy el pasado 29 de octubre. Feijóo no viajó a Madrid solo para ser testigo directo de un desenlace que se demoró diez meses. También mantuvo un encuentro en privado con el presidente del Gobierno, en el área reservada para el Ejecutivo en el Congreso de los Diputados.

Fuentes populares apuntan que en la entrevista el titular de la Xunta, cuya investidura está prevista para el jueves, aprovechó para repasar las demandas de Galicia al Gobierno central (AVE, financiación autonómica, ...), pero no abordó con Rajoy la composición del nuevo Gabinete en Madrid.

No obstante, cuando saltaron los nombres de gallegos en las quinielas de posibles ministros, dos días después de su encuentro con el líder del PP, Feijóo ya echó un jarro de agua fría y empezó a enfriar las expectativas, advirtiendo de que era muy difícil. El argumento: Rajoy es gallego, Ana Pastor preside el Congreso y el portavoz del PP en el Senado, José Manuel Barreiro, también es de Galicia. Así empezaba a preparar a los suyos para el varapalo de que por primera vez en veinte años no habrá un ministro gallego, al margen del presidente del Gobierno.

La semana pasada trascendió el encuentro de Rajoy y Feijóo pero se presentó como una cena, a la que también asistieron diputados gallegos del PP. No fue así. Tras la investidura, el titular de la Xunta tomó un vuelo con dirección a Galicia, y Rajoy se fue a La Moncloa con su esposa para cenar con Ana Pastor y su marido, José Benito Suárez, y la diputada en el Congreso Pilar Rojo y su esposo, el arquitecto Alfredo Díaz Grande. Una cena privada entre amigos para celebrar su investidura.

Desde la Xunta y el PPdeG restan trascendencia a que Galicia no tenga ministros. El propio Feijóo en una entrevista publicada ayer por este periódico aseguraba que Rajoy y él mismo son "la doble garantía de que Galicia tendrá peso político en Madrid".