Las arcas de la DGT tienen un agujero de más de 400 millones de euros. Esa es la cantidad que acumulan en multas pendientes de pago por infracciones cometidas al volante durante los últimos cuatro años. La cantidad adeudada por los conductores gallegos durante ese periodo -las no saldadas en años anteriores han prescrito y ya no pueden ser objeto de reclamación- ronda los 33 millones, casi tanto como recauda en todo un año Tráfico en Galicia por saltarse alguna norma de seguridad vial. Con un importe medio de sanción de 90 euros, el volumen de infracciones cometidas en las carreteras gallegas por las que sus protagonistas todavía no han rendido cuentas superan las 364.000 denuncias, según estimaciones de Automovilistas Europeos Asociados (AEA) en base a las cuentas de 2015 de la Dirección General de Tráfico.

Todos estos impagos están ahora en manos de Hacienda, que intentará cobrar por vía ejecutiva al no haberse realizado el pago en vía ordinaria. Pero la larga lista de deudas que tiene sobre la mesa la Agencia Tributaria y los cuatro años fijados como máximo para su cobro desde que la sanción es firme, permitirán salvarse del pago a un buen número conductores. Según las cuentas de 2015 de la DGT publicado el mes pasado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), a esos más de 400 millones pendientes de cobro hay que sumar 53 millones en sanciones ya prescritas. Unos cuatro millones de euros en multas de más de hace cuatro años y que ya no podrán ser reclamadas corresponden a infracciones cometidas en las carreteras gallegas.

Pisar más de la cuenta el acelerador, hablar por el móvil, saltarse un stop o una señal de ceda, un adelantamiento antirreglamentario... son infracciones por las que en la mayoría de las ocasiones el conductor no es parado por el agente para notificarle la denuncia correspondiente. Y si finalmente la notificación de Tráfico no llega al buzón del titular del vehículo, la sanción se queda en el limbo. Aunque hay sancionados que se resisten a abonar la multa interpuesta, desde AEA advierten de que la "gran mayoría" de las multas de tráfico pendientes de cobro corresponden a conductores que no tienen conocimiento de haber sido objeto de una sanción. "El 90% de los conductores sancionados no se entera hasta que Hacienda procede al embargo correspondiente", apunta Mario Arnaldo, presidente de AEA. ¿El motivo? Arnaldo lo atribuye a "la falta de notificación reglamentaria", ya que, según explica, hay "dificultades" en la notificación al titular del vehículo porque "la administración ha abusado de las publicaciones edictales", sistema apenas consultado por los usuarios.

En el conjunto de la comunidad gallega, A Coruña es la que acumula un mayor volumen de multas impagadas a Tráfico: más de 140.000 sanciones por infracciones cometidas en los últimos cuatro años por un importe que supera los 12,6 millones de euros. O lo que es lo mismo, casi el 40% de la morosidad en las multas de tráfico. Le siguen en la lista los automovilistas de Pontevedra, con más de 111.000 multas sin abonar por unos 10 millones (30% del total). Finalmente, cierran la tabla autononómica Lugo con 74.000 denuncias sin respuesta del infractor que superan los 6,6 millones y Ourense, con apenas 40.000 sanciones por un importe de 3,5 millones de euros.

Respecto a las cuentas de 2014, la DGT redujo en 10 millones el volumen de sanciones pendientes de cobro que acumulaba el organismo de los últimos cuatro ejercicios. Este descenso se debe a dos razones. Por un lado, el cobro de algunas de estas multas, pero también la prescripción o retirada de otros por salir a adelante el recurso interpuesto por el infractor. En el caso de Galicia apenas son anuladas el 8% de las sanciones recurridas.