Cataluña acumula continuas fugas tras el impulso del proceso soberanista de los últimos tiempos. El año pasado, abandonaron esa comunidad 653 empresas, mientras que otras 404 decidieron situar allí su domicilio fiscal. El año pasado las cifras fueron de 521 fugas y 348 fichajes. En negocio, las primeras supusieron un saldo negativo de 820 millones, pero el ejercicio anterior el volumen de facturación de las empresas que aterrizaron en Cataluña superó ligeramente al de las que decidieron cambiar de aires: 580 por 564 millones, según el balance realizado por la agencia de rating Axesor a partir del Registro Mercantil.

Por contra, Madrid es la que aparece más beneficiada del cambio, como habitualmente. Su condición de capital, sus ventajas fiscales y su situación como epicentro de una distribución radical de las comunicaciones. Su saldo es positivo en 283 empresas, seguida de las 111 de Andalucía y las 69 de Baleareas.

En el lado opuesto, al margen de la citada Cataluña, las 69 que pierde Navarra y las 46 de Castilla y León.

En cuanto al volumen de negocio, destacan dos casos, ambos de islas. Las sociedades que se asientan en Baleares suman un balance económico positivo de 1.277 millones frente al negativo en 1.144 de Canarias, según el citado balance económico.