Profesores, padres de alumnos, sindicatos y estudiantes de Galicia celebran el último cambio en el calendario de implantación de la Lomce que deja sin efectos académicos por tiempo indefinido las llamadas reválidas, pruebas finales obligatorias cuya aprobación resultaba imprescindible para obtener los títulos de ESO y de Bachillerato. La Xunta también saluda la suspensión. Sin embargo, las distintas asociaciones de alumnos, los sindicatos docentes y las confederaciones de Anpas consideran que la medida resulta todavía insuficiente y que el objetivo final es derogar la reforma educativa diseñada por la Lomce.

Los cambios los anunció ayer por la mañana Mariano Rajoy durante el debate de investidura como presidente del Gobierno, un día después de que miles de estudiantes en Galicia -y decenas de miles en el conjunto del Estado- secundaran la huelga y se movilizaran en contra de la aplicación de la Lomce y de la implantación de las reválidas, tanto al final de la etapa de ESO como la de Bachillerato. No obstante, las protestas ya venían de atrás contra una ley de reforma educativa impulsada por el PP sin más apoyos en el Congreso y muy contestada además en las comunidades autónomas donde no gobiernan los populares. Incluso la Xunta planteó oficialmente que la reválida de la ESO no tuviera valor académico.

Las evaluaciones se comienzan a implantar este curso, pero al ser el primer año no tendrían efecto académico y por tanto no estarían vinculadas a la obtención de título alguno. Pero la de Bachillerato sí servirá como prueba de acceso a la universidad, a semejanza de la selectividad que pretende sustituir, y resulta imprescindible aprobarla para continuar los estudios.

Así que lo avanzado ayer por Rajoy va más allá de actual curso. Dijo que permanecerán sin valor académico hasta que se alcance un pato nacional para la educación, para lo que estableció un plazo de seis meses. No obstante, desde el Ministerio de Educación precisaron que tarde lo que se tarde en alcanzar ese pacto -si es que finalmente se consigue-, el efecto de las reválidas queda congelado indefinidamente. Solo tendrán validez como diagnosis del nivel educativo en la ESO y como criba de acceso a la universidad en Bachillerato.

No obstante, Rajoy quiso destacar que la intención del Gobierno no es derogar la Lomce ni eliminar las pruebas, sino "suspender" los efectos académicos de las evaluaciones. En todo caso, Rajoy prometió flexibilidad del PP para llegar a un pacto educativo de amplio consenso, si bien los grupos de la oposición advirtieron que solo aceptarán la derogación de la Lomce.

Esta reivindicación también la reclaman las dos plataformas gallegas en las que participan estudiantes, profesores, sindicatos, padres de alumnos y partidos políticos y que organizaron distintas protestas contras las reválidas. Por eso, aunque lo celebran, consideran insuficiente el paso anunciado por Rajoy en el Congreso.

Ambas plataformas, en todo caso, sostienen que los cambios responden al "éxito" de las movilizaciones y que el alumnado y los padres "lograron de sobra su objetivo". Sin embargo, también anuncian que proseguirán con las movilizaciones hasta conseguir dejar sin efecto la Lomce igual que se ha conseguido con las reválidas.

Otra cosa es que estas protestas sean conjuntas, pues por una parte actúa una plataforma integrada por CCOO, UGT, Confapa, Escola Viva, STEG y el Sindicato de Estudiantes, y por otra, la conformada por CIG, Erguer, BNG y Anpas Galegas, que de hecho ya convocan actos por separado, lo que ayer motivó las críticas de la primera "por intentar dividir y confundir a la comunidad educativa".

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, también saludó el dejar sin efecto académico las reválidas, porque además lo considera "lógico" mientras no se llegue a un pacto nacional por la educación. Agredeció el anuncio de Rajoy y también el talante "dialogante" del ministro Íñigo Méndez de Vigo, a quien la Xunta había enviado una carta para proponerle que las reválidas no tuviesen valor académico y sí solo de diagnosis.

A igual que las plataformas de sindicatos, padres, alumnos y profesores, Feijóo urge al Gobierno central a aprobar la orden que regulará la prueba que sustituirá a la selectividad y que detalle "con concreción" su contenido para que el alumnado tenga tiempo a prepararse para dar el salto a la etapa universitaria.