El Ministerio de Educación le sigue dando vueltas a la reválida diseñada en la Lomce para, en contra del criterio inicial, cada vez parecerse más a la selectividad a la que pretende sustituir. Así, los alumnos que terminen sus estudios de Bachillerato este curso deberán obtener una calificación igual o superior a 4 puntos para acceder a la universidad, según se establece de un borrador de la orden del Gobierno central que regulará la prueba. La Lomce fijaba que la nota mínima de la reválida sería de 5 para poder dar el salto al sistema universitario, por lo que se vuelve al esquema de calificaciones de la selectividad y bastará con sacar un cuatro si la media ponderada con el expediente de Bachillerato llega al 5, donde la calificación final se calculará ponderando un 40% la nota de la reválida y un 60% la media del historial académico del alumno.

Precisamente, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) ha solicitado reiteradamente que la reválida sea lo más parecido posible a la selectividad, cuya última prueba como tal se celebró el pasado septiembre.

En un principio, la reválida estaba pensada para que todos los estudiantes de segundo curso de Bachillerato se examinasen al final de esta etapa educativa para poder sacar el título y al mismo tiempo sirviese para determinar el acceso a la universidad. Pero como el tiempo se echa encima sin que las pruebas estén organizadas todavía, ya se ha descartado para este curso que las pruebas funcionen como certificado para sacar el Bachillerato y contarán únicamente para dar el salto a la universidad.

Sin embargo, la orden que determinará el esquema de los exámenes todavía está sin elaborar. Solo hay un borrador del 23 de septiembre donde se establece que con una nota ponderada de 5 se puede entrar en la universidad, si bien el Ministerio de Educación sostiene que ese documento no es sobre el que se está trabajando en la actualidad. En todo caso, el plazo límite para aprobarlo en el Consejo de Ministros es el 30 de noviembre.

Estos cambios con respecto al diseño original marcado por la Lomce responde quizás a la contestación social, política y académica contra la reválida, prueba contra la que hoy hay convocada una huelga en toda España y además, en Galicia, concentraciones de protesta ante la sede de la Xunta.

No obstante, el nuevo examen final de Bachillerato tendrá diferencias con las PAU. El próximo año, los exámenes se realizarán en cuatro días -cinco en aquellas autonomías con lengua cooficial- en lugar de tres días, y los estudiantes que realicen estas pruebas en junio deberán poner a prueba sus conocimientos de los dos cursos de Bachillerato y no sólo de segundo como hasta ahora.

El borrador de la orden señala que se realizaría una prueba por cada una de las materias objeto de evaluación en la etapa correspondiente, constando cada una de ellas de un número mínimo de dos preguntas y un máximo de 15, que podrían ser tipo test de opción múltiple -una sola respuesta correcta inequívoca entre las opciones propuestas-; semiabiertas -respuesta correcta inequívoca y que exige construcción breve por parte del alumno-; y abiertas, que requiere construcción por parte del alumno y no tienen una sola respuesta inequívoca.

Cada prueba de la reválida de Bachillerato duraría 90 minutos y habría un descanso entre exámenes consecutivos de, como mínimo, 20 minutos.