Son solo proyecciones. Una estimación a medio y largo plazo que elaboran las oficinas estadísticas sobre lo que puede suceder en la población a partir de lo que ya ocurrió con los nacimientos, las muertes y los movimientos migratorios en los últimos años. Pero la realidad tiende a ajustarse a esos pronósticos. En junio de 2005, por ejemplo, para Galicia se preveían en 2016 unos 2,758 millones de residentes. La revisión de los datos en 2011 mostró un escenario medio -el de mayores posibilidades de cumplimiento- con cerca de 2,7 millones. ¿Cuántos habitantes tiene la comunidad actualmente? Pues, en línea con los vaticinios, un total de 2,720 millones, a galope de un gravísimo problema de envejecimiento que no es exclusivo de la región, pero que aquí es especialmente intenso y la coloca como la tercera que más población perderá hasta 2031, por detrás de Asturias y Castilla y León. Las dos autonomías vecinas y el interior gallego forman el gran agujero demográfico de España, donde están los mayores desplomes de residentes en los próximos quince años. Galicia perderá en total, como avanzó el Instituto Nacional de Estadística (INE) la pasada semana, casi 231.000 habitantes y rondará el tamaño de hace 100 años. En niveles de 1930.

El noroeste del país es el epicentro del llamado invierno demográfico. La provincia de Zamora lidera el descenso de habitantes, un 17% hasta 2031. Le sigue Ávila, donde el censo se recortará un 13,1%; y Ourense, con la pérdida de 39.700 vecinos, el 12,6%. La disminución en Lugo alcanza el 11,3%. Fuera de este triángulo con los desplomes más fuertes -un 11,1% en Asturias, el 10,7% en Castilla y León y del 8,5% en Galicia- hay otras dos provincias que se suman a los grandes números rojos en el futuro de la población. Cuenca, que roza el 15% de bajada; y Teruel, con el 12,9%.

El resto de Galicia, aunque en una menor proporción, no sale de la tendencia general. La pérdida de población en A Coruña llega al 7,7%. Por encima de las 86.300 personas, lo que le convierte, además, en la segunda provincia con mayor caída en números absolutos, únicamente tras Asturias (115.596). Las dos provincias canarias, Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, ambas con alzas del 5,6%, superarán el censo coruñés en estos próximos 15 años. La caída en Pontevedra será del 7%, algo más de 66.500 residentes.

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La concentración de la población gallega en franja atlántica se consolida. Pontevedra y A Coruña suman en estos momentos el 76% de ciudadanos de la comunidad. En 2031 el porcentaje crecerá un punto, hasta el 77%. Y el peso de Galicia en el total nacional -que perderá 550.000 habitantes, el 1,2%- seguirá también mermando. Del 5,85% que supone ahora al 5,4%. A comienzos del siglo pasado, Galicia aportaba el 10,6% de la población española.

Junto con el archipiélago canario, las áreas que ganarán población, según las estimaciones del INE, serán las otras islas, Baleares (7,7%), la costa catalana (Barcelona, un 1,3%; y un 0,4% la provincia de Girona), Alicante (0,7%), Murcia (1,3%), Almería (6,2%), Málaga (6,7%), Ceuta (5,1%), Melilla (13,5%), Madrid (5,2%) y Álava (1,8%). Destinos todos habituales para la inmigración, con tirón industrial o puntos calientes del turismo.

A los grandes números se une un cada vez más relevante desequilibrio interno de la pirámide de población gallega. Con todo lo que eso supone para las administraciones. En 2031 Galicia tendrá unos 445.000 jóvenes de entre 16 y 35 años. En este 2016 son 542.000. La caída, por lo tanto, será del 18%. La comunidad perderá uno de cada cinco residentes en esta horquilla de edad. Pero es que en 2002 los jóvenes rondaban los 779.500, por lo que el desplome acumulado se disparará al 43%.

Entre este año y los próximos 15 ejercicios, los gallegos de entre 39 y 39 años, un colectivo clave porque la maternidad camina hacia esas edades, bajará un 47,6%; y un 40,5% entre los de 40 a 44 años. Por eso la comunidad se quedará en 2031 sin el 28%, más de 415.000, menores de 50 años. Los que superan los 50 serán mayoría -1,4 millones sobre un total de 2,489- después de un alza del 15%, que llega incluso al 43% en los centenarios.

Ahí está parte de la explicación del creciente número de hogares unipersonales, un 28,7% más que ahora, hasta los 347.000, lo que le convierte en la cuarta comunidad con mayor aumento de personas que vivirán solas; y frente a una caída en picado, el 49%, de aquellos con más de cinco miembros, un dato en este caso solo superado por Asturias (-50%).