El invierno demográfico afecta a todo lo que atañe a las políticas públicas y el estado del bienestar. Es un círculo vicioso y fatal.

| Sin tirón en la economía. Ya está sucediendo en la salida de la crisis. Lo reconoce la Xunta. El envejecimiento "aboca" a la comunidad a ser "un país de escasa relevancia y actividad económica". Los mayores consumen mucho menos y eso frena la demanda interna, que es el motor fundamental de la economía.

| Menos dinero para las arcas públicas... Por dos razones. La recaudación directa cae. En el IVA, por ese menor consumo privado; y en el IRPF, porque las retenciones a los trabajadores superan con creces a las de los pensionistas. Pero es que además el volumen de la población es uno de los criterios en el reparto de los fondos de la financiación autonómica.

| ...Y más sobrecostes. Solo en servicios sanitarios, como recordó hace unos días el conselleiro de Facenda en funciones, Valeriano Martínez, el envejecimiento y la dispersión obligan a desembolsar en Galicia "500 millones de euros adicionales".

| Sin mano de obra. El estrangulamiento de la pirámide de población se centra en aquellas edades que tienen que sostener el mercado laboral. Contando ya con una edad de jubilación a los 67 años, Galicia, la llamada población activa en Galicia ronda hoy los 1,8 millones. En 2031 serán 1,57.

| ¿Quién pagará las pensiones? Si con los problemas que existen ya ahora en la cobertura de las pensiones con cotizaciones sociales -casi 3.000 millones-, la situación se agravará. Por la pérdida de activos y el alza de los jubilados hasta el 30% de la población total.