Las mujeres con titulación universitaria acceden al mercado laboral con salarios más bajos que los hombres. La brecha salarial de género, que supera el 20% en la comunidad gallega y es más acusada a medida que se observan los grupos de edad de trabajadores y trabajadoras, ya se percibe en los primeros empleos, tras salir de la facultad, y con idéntico nivel formativo con respecto a los varones de la misma promoción. El informe de las universidades sobre los primeros sueldos de los titulados en los campus gallegos deja clara esta diferencia: si las universitarias empiezan cobrando 975,44 euros netos mensuales, los universitarios perciben 1.147,71 euros, lo que se traduce en una brecha inicial del 18%. El salario medio de los recién titulados en las universidades gallegas es de 1.0 37,08 euros, media a la que aportan más los hombres, que superan los mil euros, mientras que las mujeres se quedan a las puertas de ser mileuristas en los primeros empleos.
¿A qué se deben dichas diferencias de salario en el acceso al mercado laboral y con igual formación? Los expertos coinciden en que existen diferencias muy arraigadas en el pensamiento social y empresarial que parece que se han convertido en estructurales. Es difícil enumerar las causas porque depende de cada empresa el sueldo que se fija para cada trabajador. Lo que está claro, según las estadísticas, es que en el inicio ya se parte con desigualdades, al calcular las medias, que a lo largo de las vidas laborales se hacen más evidentes. La encuesta elaborada por la Axencia para a Calidade do Sistema Universitario de Galicia (ACSUG) a cerca de 5.000 titulados en el curso 2011-2012, que estaban trabajando a los dos años de acabar la carrera, se hace eco de las diferencias iniciales en el salario neto.
Escalas laborales
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Los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE) también son testigo de las diferencias de salario entre hombres y mujeres. Así, poniendo el foco en el salario bruto anual en la franja de edad de 16 a 24 años (referidos a 2014), sin diferenciar la formación de los protagonistas en este tramo de edad, la brecha supera los 3.000 euros: entre los 13.211 euros fijados como sueldo al año (bruto) de los hombres frente a 9.812 de las mujeres.
Otro de los indicadores del IGE analizados para comprobar las diferencias es, por ejemplo, el escalón de trabajadores "no cualificados" mayores de 18 años, también según los microdatos del IGE para la comunidad gallega. En este caso ellos perciben 8.952 euros frente a 7.870, ellas.
A medida que aumentan las responsabilidades o funciones de los trabajadores o, dicho de otro modo, en trabajos de mayor nivel, las diferencias de salario son, si cabe, más marcadas. Por poner algún ejemplo de las distintas escalas: en ingenieros y licenciados, los trabajadores masculinos perciben 42.545 euros frente a 30.100 el sector femenino. En el capítulo de técnicos y peritos ellos perciben 30.499 euros y ellas 23.066. También son notables las diferencias en jefes administrativos y de taller, otra de las categorías que tiene en cuenta el IGE, con 24.293 euros de salario bruto anual ellas y 29.576, ellos. En ayudantes no titulados los salarios alcanzan en hombres cifras como 26.897 euros y en mujeres 17.384.
Según un estudio elaborado por el sindicato Comisiones Obreras sobre la situación laboral, las mujeres con menos de 30 años perciben un salario, de media, un 20% inferior al de sus compañeros. El estudio indica, además, que en este grupo de edad las tasas de temporalidad se disparan por encima del 60%, independientemente del nivel de preparación.
Coral del Río - Catedrática de Economía, especialista en genero
"La organización jerárquica en empresas perpetúa la desigualdad"
"Las verdaderas causas son difíciles de corroborar con datos. El problema, en última instancia, es estructural: la sociedad patriarcal. Hombres y mujeres tienen distintas cuotas de poder y el espacio público sigue siendo de dominio de los hombres mientras que el privado sigue siendo, en gran parte, de las mujeres", explica Coral del Río, catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo y especialista en cuestiones de género.
Ese escenario que todavía no ha logrado superarse en la actualidad en los niveles de igualdad deseados en países desarrollados influye en que, "al final, haya una infravaloración del trabajo de las mujeres; tanto en el ámbito privado como cuando acceden al empleo remunerado", apunta la profesora.
"Las opciones feminizadas son socialmente menos valoradas y las que se han ido feminizando han perdido valor, en términos de remuneración", añade Del Río. Explica, además, que a veces se intenta argumentarlo o justificarlo por el tipo de titulación "pero tampoco tiene sentido". "Es cierto que en los años 60 o 70 había menos mujeres con formación universitaria y, en ese aspecto, podría detectarse una brecha salarial por formación. Pero ahora eso ya no es así. Desde principios de 2000 ya tenemos niveles educativos muy similares y existe brecha salarial, por lo que dicho argumento, así, no vale. Además, tenemos mujeres que han cursado ingenierías y hombres que se han titulado en Enfermería", añade la docente universitaria. Coral explica que existe una organización jerárquica muy acentuada dentro de las empresas que contribuyen a "perpetuar las desigualdades". "Además, la crisis ha contribuido a establecer más diferencias de género y en muchos aspectos se han desandado pasos que parecían superados", concluye.
