El PP mantuvo ayer su primera reunión del grupo parlamentario capitaneada por el presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, quien dio instrucciones sobre lo que espera de sus diputados de la nueva legislatura que arranca este viernes con la constitución del Parlamento. A pesar de contar con una amplia mayoría absoluta, su intención es ampliar los apoyos de sus 41 diputados en las leyes que se puedan aprobar en la Cámara, por lo que espera una "oposición constructiva y responsable" que no se atrinchere. Y a los suyos les exigió de nuevo que firmen un compromiso ético interno con varios supuestos, entre los que se incluyen la obligación de poner su acta a disposición del partido si alguno resulta imputado y a "cesar inmediatamente" en caso de convertirse "en procesado".

El líder popular manifestó su propósito de que el Parlamento encarne "los mejores valores" del servicio público y los ciudadanos perciban que su representantes buscan "resolver problemas y no crear problemas". Tras años marcados por la crisis y también por casos de supuesta corrupción, que salpicaron a su formación y a otros partidos en Galicia y en el conjunto de España, se declaró "consciente" de que los populares no se deben "conformar con cumplir las tareas" y que el "cumplimiento estricto de la legalidad y de sus obligaciones" es "lo mínimo" exigible.

A su juicio, resulta necesario ir un paso más allá, por lo que los suyos deberán suscribir de nuevo un código ético, como en 2012, para concretar una serie de obligaciones "autoimpuestas" que sobrepasan el reglamento que rige la Cámara autonómica. Así, los diputados populares no podrán realizar ninguna actividad "que pueda dañar" la imagen del Parlamento, separar la actuación del ámbito público del privado y emplear de forma responsable todos los medios materiales que la Cámara pone a disposición de sus miembros.

Los parlamentarios populares que sean investigados -anteriormente, imputados- por la Justicia tendrán que poner su acta a disposición del partido y "cesar inmediatamente si la condición de investigado va más allá y se convierte en procesado".

En la pasada legislatura hubo diputados que se vieron en esta situación como es el caso de Marisol Piñeiro, quien renunció a su acta al ser procesada por supuesta prevaricación. Sin embargo, Pablo Cobián dejó su acta sin llegar a esta situación procesal, al verse salpicado por la operación Campeón.

Feijóo aseguró que su formación actuará con la mano tendida al diálogo para intentar alcanzar acuerdos, aunque sea de forma puntual, y demandó a los demás partidos que no se atrincheren.

"Queremos ensanchar nuestra base con acuerdos en proyectos y votaciones compartidas. Aguardo que la oposición sepa decir no solo que no, sino a veces, depende, y que podamos ensanchar los proyectos con más escaños que los de la mayoría absoluta. Tendremos las manos tendidas, que siempre son más útiles y poderosas que las trincheras. El tiempo de los eslóganes y los mítines ya pasó, las elecciones pasaron y el pueblo habló", declaró Feijóo en una intervención abierta ante todos los diputados de su grupo parlamentario.

Con una estabilidad más que garantizada con 41 escaños, el presidente del PPdeG articuló como ejes de la actuación de sus diputados el legislar con responsabilidad y el trabajar por el futuro de Galicia, tras lo cual expresó su deseo que no se vuelvan a repetir en el Parlamento "escenas impropias" como la registradas en la pasada legislatura, en alusión los duros ataques de que fue objeto el PP por parte AGE con su portavoz, Xosé Manuel Beiras, al frente. "Todos los diputados de nuestro grupo trabajará para que eso no se vuelva a repetir", destacó.