Las cárceles españolas tienen cada vez menos reclusos. En el caso de Galicia, los penales ya no son los más saturados del país. La menor tasa de delincuencia, el descenso de presos extranjeros por la caída de la inmigración debido a la crisis económica y la última reforma del Código Penal están detrás de la bajada de internos en las prisiones españolas durante los últimos cinco años, que pasaron de albergar a casi 75.500 reclusos en 2010 a poco más de 61.100 a 31 de diciembre del año pasado, lo que supone un 19% menos. En cinco años la población reclusa en Galicia cayó casi un 29% al pasar de 4. 904 en 2010 a 3.484 a finales de 2015. Este balance la convierte en la segunda autonomía con la mayor bajada de condenados internos en sus cinco penales, por detrás de Castilla y León.