A los centenares de empresarios y de directivos de compañías familiares de España que se citan entre hoy y mañana para celebrar su cumbre anual -unos 500, según la organización- Galicia les entra por todos los sentidos. Como la mejor de las campañas publicitarias. "Increíble", comentaba uno de los asistentes tras llevarse a la boca uno de los bocados elaborados por el conocido restaurante Culler de Pau, de O Grove, con una estrella Michelín, en el cóctel de bienvenida que se celebró en pleno corazón del Aquarium Finisterrae de A Coruña. Además del chef Javier Olleros, de la comida del evento se encargaron otros tres cocineros representativos de la nueva cocina gallega. Uno por provincia. Y música. Luar na Lubre.

Desde "esta tierra de peregrinos" les dio la bienvenida el presidente de la Asociación Gallega de la Empresa Familiar, "tierra mitológica pero también realista". "De emigrantes y de gentes que desarrollaron aquí su obra y hoy nos dignifican", apeló Emilio Pérez Nieto, con un reconocimiento a todos los emprendedores en la historia de la comunidad "que convirtieron sus sueños en éxitos". "No es casualidad que si uno piensa en sectores como la alimentación, la construcción, la automoción o el textil, acabe poniendo la cara de un gallego", apuntó. El máximo responsable del grupo Unvi alabó el diálogo "fluido" con la Xunta y los principales concellos gallegos, a los que pidió que eliminen "los obstáculos" que "aportan poco o nada a la sociedad y para nosotros son quebraderos de cabeza.

El alcalde de A Coruña subrayó la coincidencia de que la ciudad y los empresarios familiares quieran crecer "con raíces". "El crecimiento es importante si se hace con cohesión social. Me consta de primera mano que la empresa familiar es donde esos valores se tienen más en cuenta", afirmó Xulio Ferreiro, con una demanda a los responsables de las compañías para "aprovechar la oportunidad de colocarse en la vanguardia con la competitividad bien entendida, la innovación y los trabajadores como una familia".