Lleva 17 años, la mitad de su vida, afiliado al PSdeG, en el que empezó en las Xuventudes. Los vínculos le vienen de familia, pero además se involucró en colectivos estudiantiles, culturales y deportivos y el "paso natural" era la política. Trabajas, te involucras y "un día te ves en medio de toda la vorágine" y acabas en O Hórreo, justo en un momento en que la política está "mal vista". Es cuando es "necesario implicarse", "cuando crees que puedes aportar para hacer mejoras", defiende. En su caso, pretende aportar su "capacidad de trabajo".

Desde su posición intentará afrontar un doble reto: hacer política "para cambiar la sociedad", dado que el sistema de bienestar vive una "situación frágil", y "hacer política para cambiar el modo de hacer política". "Creo que es importante cambiar la manera de relacionarse de las instituciones y los representantes con los ciudadanos, tener un contacto más próximo", reivindica. En esa línea, ve relevante que los jóvenes entren en política "para introducir nuevos debates y visiones" y "renovar" aspectos que están quedando desfasados. "Lo que hace falta es gente con fuerza, con voluntad de sacudir un poco la situación", proclama. Aunque eso se suele asociar a gente joven, apunta, no es solo una cuestión de edad. En contrapartida, admite que "para conseguir experiencia hace falta ser novato alguna vez". Como ventaja añadida tiene el ajedrez. Ahora ya no compite, da clase a los niños, pero aún recuerda cómo aprendió a "tomar decisiones de la manera más objetiva sin dejarse llevar por la simpleza o por la pasión".

También sabe de investigación. Se considera a sí mismo "la definición más clara del precario investigador", emigración incluida. "Nunca en mi vida firmé un contrato de trabajo de un año", argumenta. Por eso este es uno de los temas en los que le gustaría trabajar en el hemiciclo a este joven de Vilagarcía que se define como alguien que toma "partido hasta mancharse". Así titula un blog que espera actualizar ahora que la campaña acabó y que muestra su faceta de "polemista convencido".

Al concluir su periplo, espera volver a casa asumiendo que hizo "el mayor esfuerzo posible para cambiar las cosas que era fundamental intentar cambiar". Cree que quienes participan en las instituciones "deben ser capaces de llevar las pulsiones sociales a las instituciones que deciden sobre ellas". "Al final tú puedes ser una pieza más del engranaje o intentar introducir respetuosamente con las instituciones elementos, incluso de tensión, es decir, cambiar posiciones, generar un debate social, desde el punto de vista ideológico, en mi caso defendiendo una igualdad de oportunidades y una calidad de vida para la ciudadanía que hoy no existe".