Casi un año después de la entrada en vigor de la reforma de la Ley Hipotecaria y la del Catastro Inmobiliario, 68 ayuntamientos gallegos han concluido los trámites para aplicar el próximo año una rebaja del IBI al suelo urbano sin edificar, que pasará a contribuir como rústico, mucho más barato. Según los datos facilitados por la Dirección General del Catastro, en total se verán beneficiados con esta medida fiscal 25.000 parcelas en la comunidad autónoma que ocupan un total de 5.000 hectáreas. Además de los 68 ayuntamientos que han completado la tramitación -37 de ellos en la provincia de A Coruña hay otros municipios de la geografía gallega que también han comunicado al Catastro su voluntad de rebajar el IBI para el próximo año a estos suelos sin edificar, pero el procedimiento de valoración -que suele durar unos seis meses- todavía no ha concluido.

Estos cambios responden a una sentencia de 2014 del Tribunal Supremo, cuya aplicación ha supuesto un vuelco al modelo de tributación municipal en cuanto a la contribución según la naturaleza de los predios. La resolución judicial afecta al suelo calificado como urbanizable en el que no se ha edificado nada. Hasta la sentencia, los dueños abonaban por ellos el IBI urbano aunque en esas pacerlas no hubiera calles, aceras, luz o un edificio levantado. Pero el Supremo dictaminó que esa situación no podía seguir así y obligó a aplicar el IBI rústico mientras esos terrenos siguieran en la misma situación-sin un plan parcial o un proyecto de sectorización-, es decir, mientras permanecieran como solares vacíos sin contar con accesos, calles o servicios básicos como suministro eléctrico o de agua.

La reforma de la ley que entró en vigor el pasado mes de noviembre, como consecuencia de esa sentencia, obliga a los concellos -sin esperar una reclamación de los dueños- a identificar esos suelos urbanizables sin desarrollar y solicitar al Catastro que les asignase un nuevo valor para poder aplicarles el IBI rústico.

Pues bien, el Catastro ya ha tramitado la nueva valoración en 68 ayuntamientos gallegos tras la información que recibieron de ellos, que de media supone una rebajar del valor catastral del 40%.

Ahora ya son los concellos los que deben aplicar el IBI rústico a estos suelos urbanizables sin edificar y ya tienen todo en su mano para poder trasladar la rebaja fiscal a sus vecinos el próximo año.

Las parcelas afectadas por el cambio de valor son 25.000, de las que 7.800 corresponden a 37 concellos de la provincia de A Coruña. El trámite ha acabado en municipios coruñeses como Santiago, Arteixo, Ferrol, Narón, Oleiros, Ordes, Padrón, A Pobra, Ribeira, Negreira u Ordes.

En la provincia de Pontevedra son 21 los ayuntamientos en los que el Catastro ha concluido la tramitación. Entre ellos figuran los de Barro, Bueu, Caldas de Reis, Cambados, Catoira, O Covelo, Forcarei, Lalín, Meaño, Meis, Oia, Pazos de Borbén, Poio, Redondela, O Rosal, Sanxenxo, Valga, Vila de Cruces, Vilagarcía, A Illa y Pontevedra. También han solicitado una nueva valoración de los suelos urbanizables sin edificar los ayuntamientos de Gondomar y Vigo, si bien el Catastro aún no ha terminado el expediente. En todo caso, el Concello vigués informó que en su término municipal la revisión afectará a más de 3.600 parcelas y que el paso del IBI urbano al rústico supondrá una merma de 600.000 euros en el capítulo de ingresos. Es decir, que los dueños de estos terrenos pagarán 600.000 euros menos en impuestos en cuanto se aplique la rebaja fiscal.

En Ourense de momento el proceso ha terminado en siete -Allariz, O Carballiño, Cortegada, Ribadavia, San Cibrao das Viñas, Sandiás y Ourense-, mientras que en Lugo solo ha concluido en Becerreá, Chantada y O Incio.

Los promotores inmobiliarios calculan, no obstante, que serían unos 170 los concellos gallegos que debería solicitar la revisión catastral para ajustarse al contenido de la sentencia y cambiar el IBI urbano por el rústico, por lo que aún quedarían un centenar de ayuntamientos pendientes de formalizar el trámite.

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