Galicia es conocida, entre otras definiciones, como la tierra de los mil ríos por todos los cauces que la cruzan. Pero también podía ser conocida por el país, literalmente, de las mil playas, pues este el número de arenales que acaba de catalogar la Xunta en cumplimiento del reglamento de la última reforma aprobada de la Ley de Costas, que obliga a las comunidades autónomas a realizar un catálogo de todas las playas con el fin último de determinar la categoría que limitará los usos que se pueden dar a los arenales, que se dividen entre "urbanos" y "naturales", adquiriendo estos últimos la mayor protección y en los que poco se podrá hacer además de bañarse.
En total, la Xunta ha clasificado, en colaboración con la Dirección General de Costas 924 playas, de las que 696 tienen la consideración de naturales (el 75%) y el resto, 228, de urbanas. No obstante, en una fase posterior se podrán incorporar nuevos arenales que aún no están identificadas en el Plan de Ordenación del Litoral de Galicia.
La diferencia entre una categoría y otra la marca el nivel de usos que se le pueden dar. Por enclave natural se consideran aquellos espacio alejados de núcleos de población, en un entorno que conserva características muy próximos a la naturalidad y cuentan, por lo general, con un difícil acceso y uso reducido.
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En ellos no se podrá hacer otra actividad más que el baño y los chiringuitos, en caso de autorizarse, no podrán ocupar una superficie mayor a los 70 metros cuadrados, que además serán únicamente de temporada y habrá que desmontarlos en todos sus elementos una vez acabado el verano. La parte cerrada del chiringuito no podrá tener más de 20 metros cuadrados y la separación mínima con respecto a otro será de 300 metros.
En las consideradas urbanas, los usos son mayores. Los chiringuitos pueden llegar a los 300 metros cuadrados de superficie y la separación es de 150 metros, con la singularidad de que se puede reducir a la mitad si la actividad no es similar.
Pero además, en los tramos urbanos de las playas se pueden celebrar competiciones deportivas náuticas y determinadas fiestas. Hasta ahora, las fiestas en la playa eran algo muy excepcional y se sometía a muchos condicionantes para preservar el entorno. Con el reglamento actual, las playas urbanas podrán acoger "eventos con repercusión turística" de todo tipo (internacional, nacional, regional o local) y citas deportivas o culturales que, aunque se celebren de forma esporádica, tengan "repercusión nacional o internacional". Los permisos los concederán los municipios, con informe favorable de la Administración autonómica.
Los arenales urbanos son aquellos que cuentan con al menos de un 50% de su espacio con edificaciones, cuenten con acceso peatonal y rodado, suministro de agua potable y alumbrado y evacuación de aguas residuales a la red del alcantarillado.
Según el recuento de la Xunta, A Coruña es la provincia que cuenta con más playas, 450 en total, de las que 93 tienen la condición de urbanas y el resto, 357, de naturales. En Lugo hay 89, de las que solo 10 reúnen los requisitos de urbana. Y en la de Pontevedra, de las 385 totales, 125 tienen las consideración de urbanas por otras 260 que son naturales. La alta proporción de arenales urbanos se debe a que las Rías Baixas tienen un mayor número de núcleos de población asentados en el litoral y la costa está más "artificializada".
El catálogo de arenales identifica al ayuntamiento de O Grove como el que más playas tiene de la comunidad autónoma. Son en total 51, de las que además 38 tienen la categoría de naturales, por lo que también es el primer concello de Galicia con más playas con esta clasificación.
Vigo, con 48, es segundo municipio gallego con más arenales, pero se encarama a la primera posición por tener el mayor número de playas urbanas, con 31. Casi duplica al segundo en esta categoría, que es el concello coruñés de Ribeira, que dispone de 17. Este alto número es un indicativo de la presión poblacional que vive muy próxima al litoral.
Cangas, según el catálogo de la Xunta, dispone de 39 playas, de las que 33 reúnen las condiciones para obtener la clasificación de naturales. Tras este concello se sitúan los de Bueu y Ribeira, con 35 y 34 playas, respectivamente. Pero mientras el municipio coruñés solo tiene 17 naturales, el de Pontevedra cuenta con 29.
El catálogo se ha abierto ahora a información pública para que los concellos presenten las oportunas alegaciones. Si el PP repite la mayoría absoluta en la Xunta, entonces el nuevo gobierno tendría vía libre para aprobarlo tal como está. En caso de haber cambio de gobierno, se le podría dar la vuelta. Pero en todo caso, la Ley de Costas marca los plazos para que cada comunidad autónoma presente su listado de playas según la nueva clasificación, que ya están sobre el pitido final.
