"Nos echaron de Soutomaior". Rajoy expresó al inicio de su discurso el disgusto del PP por la expulsión del castillo en que durante los últimos nueve años había abierto el curso político y puesto fin a su descanso en Galicia. No fue el único en reconocer la frustración popular por su exilio. También lo hicieron Feijóo, Rueda y Jorge Cubela, que fue el alcalde más joven de España en 2011. Este detalle ilustra el momento de dificultades del PP, que comenzó, tras su arrolladora mayoría absoluta en las generales de 2011, con las municipales del año pasado. En Galicia perdió tres ciudades y dos diputaciones. La más significativa fue la de Pontevedra, que cayó en manos del PSOE y el BNG. A pesar de ello, el PP pudo celebrar el año pasado su acto en Soutomaior y retó a la socialista Carmela Silva, presidenta de la Diputación. "Volveremos el año que viene", proclamaron. Pero no han podido. Alega el poder provincial que el recinto no está destinado a este tipo de actividades. Rajoy tiró de su tradicional resistencia. "Nos queda el recuerdo y la seguridad de que, pronto, si queremos, volveremos y estaremos allí", profetizó, a pesar de que el gobierno provincial no cambiará hasta dentro de dos años y medio al menos.

"Nos ilegalizaron"

Feijóo atacó precisamente el carácter progresista de PSdeG y BNG para denunciar su veto. "Parece que nos ilegalizaron", arremetió, si bien el gobierno provincial alegó que un espacio público no debería ser usado por una formación política para este tipo de actos.

Como alternativa se escogió la carballeira de San Xusto, en Cotobade, donde más de medio millar de cargos y militantes mostraron más contención que ilusión, síntoma del nerviosismo. El PP estaba KO el año pasado tras el desgaste de los recortes y los escándalos de corrupción, pero la mejora de la economía y la competencia de la izquierda le permitió mantenerse como primera fuerza tras el 20-D pese a perder 43 escaños. El fracaso de Pedro Sánchez derivó en otras generales de las que salió reforzado. Pero aun así el escenario no se desbloquea.

Quizás buscó algo de ayuda Rajoy en su visita a la capilla de San Justo y San Pastor, en cuyo dintel se garantiza a los devotos indulgencia a los pecados si se confiesan. Cubela se la enseñó antes de ofrecer su mitin y despedirse tras un recorrido plagado de fotos. "El año que viene volveremos y Rajoy y Feijóo serán presidentes", prometió Rueda. "Uf, a ver", respondía sobre ese objetivo un miembro del PP mientras, a lo lejos, un alto cargo de la Xunta justificaba no atender la petición de enchufe recibida por un conocido. Al margen de la gran política, cada asistente también tenía sus cuitas personales.