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Nuevas fórmulas de financiación

Las hipotecas para comprar propiedades al margen de la banca tradicional se triplican en Galicia

Más de 1.000 préstamos de cooperativas de crédito permitieron la compra de pisos en Galicia - Esta vía afecta casi al 12% de operaciones, cuando en 2008 no llegaba al 4%

Cientos de ciudadanos en Galicia decidieron el año pasado ser dueños de la entidad financiera que les concedió un préstamo hipotecario para comprar una vivienda o, en el menor de los casos, alguna propiedad como trasteros o garajes. Lo hicieron apostando no por la banca tradicional, sino por las cooperativas de crédito, que obligan a comprar participaciones de la sociedad. El porcentaje de clientes de este modelo de negocio se ha triplicado desde el inicio de la crisis y supone un 11,4% de la firma de hipotecas en Galicia cuando en 2008 apenas era del 3,8%.

La radiografía del mercado inmobiliario del Colegio de Registradores de la Propiedad, último estadio burocrático en una operación de compraventa de un inmueble, aunque no obligatoria, muestra un cambio en el modelo de financiación. En su informe relativo al año pasado, detecta que el 11,39% de hipotecas, de las que el 73% corresponde a viviendas y el resto a locales, terrenos o garajes, se suscribe con "otras entidades", mientras que el 88,6% corresponde a banca tradicional, toda vez que la reforma del sistema financiero acabó con las cajas. Según el INE, en 2015 se firmaron en Galicia 9.702 hipotecas de viviendas, por lo que alrededor de 1.100 se habrían adquirido al margen de la gran banca.

Bajo ese epígrafe se sitúan las cooperativas de crédito, que son entidades donde los socios de una entidad se reúnen para aportar financiación, es decir, que los titulares de los depósitos o los beneficiarios de los créditos son los dueños de la entidad. No existen accionistas externos ni la empresa cotiza en Bolsa. En Galicia solo queda la Caixa Rural -de un grupo estatal-, aunque también opera la alicantina Caja Mar. "Nuestra principal diferencia es que los usuarios son los propietarios. Nosotros tenemos unos 15.000", explica José Manuel López, director comercial de la firma.

En lo práctico, un ciudadano que desee un crédito con este tipo de sociedades debe adquirir una participación mínima en la entidad. "En nuestro caso un particular debe comprar al menos una participación de 60,11 euros. Si es una persona jurídica, dos", añade López, que matiza que no se les garantizan dividendos, sino un interés que hoy mismo está en el 2,75% anual y que varía ligeramente cada ejercicio.

¿Qué ofrece esta hipoteca frente a la banca tradicional? Seguridad, según el sector. "Nos diferencia mucho la agresividad en cuanto la oferta. Nosotros, hoy en día, ofrecemos hipotecas inferiores al 1%; aunque tenemos algunas bonificadas, no son tantas como la banca tradicional, donde baja mucho el interés si se adquieren productos complementarios", prosigue antes de incidir en que no están sujetos a la presión de maximizar beneficios por parte de los accionistas.

Sin embargo, las cifras sí muestran diferencias, pues mientras las hipotecas de la banca tradicional ascienden, de media, a 91.862 euros, en el caso de las cooperativas es de 85.111. A nivel estatal las cifras son 110.546 y 100.546, respectivamente. En 2008, las cooperativas ofrecían de media 99.625 euros; los bancos, 115.907; y las cajas, 108.471. Estas últimas desaparecieron con el crack económico.

La crisis estuvo derivada en gran parte de un colapso financiero, donde la carrera por prestar más y elevar la exposición en la época dorada del ladrillo acabó con una transformación del sistema donde sobrevivieron pocas firmas, muchas necesitaron ayudas públicas multimillonarias y las cajas tradicionales acabaron transformadas en bancos, caso de la fusión entre Caixanova y Caixa Galicia. En todo caso, ninguna de ellas funcionaba como cooperativa de crédito.

En 2008, el porcentaje de hipotecas a través de este modelo era del 3,85%, un año después del 4,17% para bajar al 3,5% en 2010. Desde entonces, el crecimiento fue constante: 6,76% en 2011; 7,47% en 2012; 10,5% en 2013 y casi un 21% en 2014, según el Colegio de Registradores de la Propiedad, que ofrece una evolución similar para el resto del España. Navarra fue el año pasado la comunidad con mayor porcentaje con un 35,26% de hipotecas, seguida del 22,5% del País Vasco y el 20,8% de Asturias. La cifra más baja se registró en Madrid con un 6,82%.

López explica que este tipo de entidades sufrió menos la exposición a la crisis y permitió más flexibilidad para conceder hipotecas, aunque señala que también ganaron clientes en cuanto a los depósitos. En ambos casos se buscaba la seguridad y evitar posibles quiebras o rescates como el de Bankia. "El 12%, desde luego, es una mejor cuota en el mercado hipotecario que hace unos años", reconoce sobre el informe del Colegio de Registradores.

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