No se mojan los pies, pero saben a qué temperatura se encuentra el agua que provoca que muchos se lo piensen dos veces antes de meterse en el mar en la costa gallega en los meses más propicios para intentarlo porque hace calor fuera, en primavera y verano. Los satélites NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos), que forman parte de un programa desarrollado por la NASA en cooperación con la agencia NOAA, Francia y el Reino Unido, han permitido durante estos días al IEO-Centro Oceanográfico de Santander mostrar imágenes que constatan el fenómeno del afloramiento, que provoca el desplazamiento de aguas profundas hasta la superficie y que sería el responsable de que la temperatura de las aguas que bañan el litoral gallego y el de Norte de Portugal ronde los 14 grados, por lo que pueden calificarse, en un lenguaje coloquial, de frías.
El Instituto Español de Oceanografía presenta estas imágenes que muestran la temperatura superficial del mar y tiñen la costa gallega de tonos azulados -que reflejan temperaturas entre los 12,5 y los 15 grados en la superficie del agua- en su cuenta de twitter con comentarios muy expresivos, como "espectacular afloramiento" en la costa gallega y portuguesa o "gran afloramiento".
Además de las imágenes que elabora el Centro Oceanográfico de Santander a partir de los datos de los satélites, los datos concretos de la temperatura del agua que ofrece el Observatorio Transfronterizo Raia (www.marnaraia.org), del que son socios, entre otras entidades, MeteoGalicia o la Universidade de Vigo, corroboran la mancha azul. Las cifras que ofrecía ayer son ilustrativas: por ejemplo medía 15,1º en su boya de las Islas Cíes. También en http://playas.ieo.es/, del Instituto Español de Oceanografía, puede comprobarse hasta qué punto las playas gallegas acusan el afloramiento. Los arenales más fríos de la comunidad se localizaban ayer en A Guarda, donde se registraban 14,5 grados.
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Aunque parezca una ironía que entre verano y primavera cueste darse un chapuzón en Galicia, tiene su explicación. El proceso de afloramiento se produce cuando predominan los vientos del norte y también del nordés -lo que ocurre en esta época del año-, que desplazan el agua superficial y tibia frente a las rías en dirección sur y hacia afuera, por el efecto de rotación de la Tierra. Sin embargo, el nivel del agua de la ría no desciende, sino que se reemplaza con agua que viene de mayor profundidad, entre los 200 y los 400 metros, y más fría.
Lo que los bañistas pueden ver como una desventaja, es, sin embargo, un plus para la productividad pesquera y marisquera de las rías. Como explica Pablo Otero, investigador del Instituto Español de Oceanografía, esa agua fría, al tiempo que va ascendiendo por el fondo marino, arrastra los nutrientes de las capas inferiores y los pone en la superficie, donde hay luz. La fórmula no falla. Con luz y nutrientes "se dispara la producción de fitoplancton" (algas microscópicas), que es la base de la cadena trófica.
La intensidad del fenómeno provocó que en la costa cantábrica se hayan sentido sus efectos: las playas asturianas están por debajo de 20 grados e incluso, como ocurre en el Occidente asturiano, no superan los 15, dada su proximidad al núcleo del afloramiento, que está en Galicia.
Las nieblas, efecto colateral
- Durante los últimos días, la niebla se hizo notar en la costa gallega. El fenómeno iría asociado al del afloramiento de aguas frías. "Las masas cálidas y húmedas del exterior se condensan al entrar en contacto con el agua fría y originan la bruma, que queda pegada a la costa con vientos flojos", indica el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en Asturias, Manuel Mora. Si el viento (del norte o el nordés) sopla durante días y empuja las aguas tibias de la superficie mar adentro y las reemplaza por otras más frías, se produce condensación y niebla cuando esa masa de agua fría choca con la masa de aire cálido. También hoy MeteoGalicia prevé bancos de niebla en numerosos arenales por la tarde. Así ocurrirá en el sur de la comunidad, en las Rías Baixas, pero también en la Costa da Morte.
