-El acuerdo con Podemos parecía imposible tras dos días de negociaciones, pero en el último minuto En Marea ganó el pulso. ¿Qué espera del pacto? ¿Es el mejor al que se pudo llegar?
-Es un acuerdo muy importante, que se demandaba desde hacía tiempo para ir en igualdad de condiciones y que refuerza la candidatura de En Marea para las elecciones autonómicas del 25 de septiembre. Entiendo las dificultades que tuvo Podemos para dar este paso. Es de alabar la valentía y generosidad que tuvieron Podemos y Pablo Iglesias, concretamente, para entender la importancia de configurar un sujeto político gallego, plural y transversal para enfrentarse a la hegemonía del PP.
-¿Fue Pablo Iglesias quien eliminó las líneas rojas puestas por Echenique [secretario de Organización de Podemos] en las negociaciones?
-No. En todos estos días hubo muchas voces, mucha gente que peleamos con el mismo objetivo y que nos entendimos bien. Evidentemente, en una negociación de este tipo siempre hay tensiones, pero hubo mucha gente peleando para que esto saliese bien. Pablo [Iglesias] tiene el papel que tiene en su partido, pero también Echenique estuvo volcado en la negociación. Todo el mundo empujó para esto pudiese salir.
-¿Hubo alguna línea roja que En Marea puso encima de la mesa en la recta final de las negociaciones ante las contrapropuestas de Podemos para integrarse en el espacio de confluencia?
-Uno siempre hace una propuesta pensando que es rebajable... En algún momento y dado lo vertiginoso de las últimas horas, hubo varias líneas argumentales que no coincidían, pero al final nos encontramos con que todos pensamos lo mismo. Nadie puso líneas rojas, sino los problemas que suponían las diversas situaciones. Todos entendimos que el otro es un compañero y que hay que ayudarlo. El bien común por el que estábamos luchando desde el principio todos estuvo siempre por encima de todo.
-Por lo tanto, la unidad a la que aludió Iglesias tras anunciar el acuerdo está garantizada o hay alguna vía de agua que amenace con la ruptura o el distanciamiento tras las elecciones del 25-S?
-No. El empeño que pusimos en que esto no podía ser una mera alianza de conyuntura para una cita electoral y, por lo tanto, tenía que trascender e incorporarse a ese sujeto político que se decidió en Vigo; tenía que ver con afianzar el proceso y la organización y tener claras unas reglas de juego que nos permiten tirar muchos años. Veo totalmente descartada una situación de fracaso a partir de las elecciones autonómicas. Al contrario, se reforzará el acuerdo.
-¿Surgieron voces críticas en las mareas debido a este espacio con Podemos para ir a los comicios?
-No. En Marea apostó en todo momento por incorporar a Podemos. Fue siempre un objetivo. No me consta una sola voz dentro de En Marea que apostase por dejar a Podemos fuera. El parecer era unánime entre todos.
-¿Luis Villares será el candidato de En Marea y Podemos?
-Eso no está discutido. Será el candidato de consenso.
-El acuerdo suscrito con Podemos tiene una lectura estatal, ya que abre la puerta a que en Cataluña se siga el mismo camino...
-Aquí el proceso tenía una historia. Es cierto que en Cataluña, con En Comú Podem como aquí con En Marea, los procesos son parecidos, y a lo mejor puede servir esto de inspiración. Ahora, cada territorio tiene sus especificidades y circunstancias, por lo que hay que buscar soluciones adecuadas a la peculiaridad política de cada lugar. Aquí llegamos a la conclusión de que esta era la forma correcta para Galicia. En Cataluña tendrán que decidir si les vale la fórmula que tienen o si quieren ir más allá. Podemos tiene la suficiente visión política para entender que en cada lugar el cambio político necesita algunas herramientas comunes y ellos están dispuestos a llegar a ellas.
