La espesa humareda que envolvió Redondela en la tarde del martes obligó al desalojo preventivo de la residencia que Aldeas Infantiles SOS tiene en la parroquia de Ventosela. El fuego estuvo cerca pero no llegó al centro cuyos moradores, 37 niños y ocho educadores, realizaron la evacuación en sus propios coches y furgonetas. Los bebés fueron llevados al centro Príncipe Felipe de Pontevedra y el resto pasó la noche en la Brilat de Figueirido. Ayer esperaban que la Subdelegación del Gobierno autorizase su regreso. Sin embargo no volverán hasta que la situación se normalice. "Los niños están encantados, les han preparado en la base actividades para tenerles entretenidos", comentó Víctor Muñoz, director de Aldeas Infantiles en Galicia.