La recuperación de la economía durante el pasado año permitió que la recaudación fiscal en España, la principal fuente de recursos para la caja pública, aumentara un 4%, hasta los 182.000 millones de euros. El Producto Interior Bruto (PIB) avanzó un 3,2% y un 3,7% la demanda interna -consumo de hogares, inversión de empresas y gasto de las administraciones-, que es lo que más influye en la base imponible sobre la que luego se repercuten los impuestos. La subida de los ingresos en Galicia fue muy superior, del 10,7%, gracias al buen comportamiento de varios de los grandes gravámenes y a la tendencia al alza que se mantiene en la persecución del fraude y el control de los impagos. Las sanciones tributarias rozaron en la comunidad los 14 millones de euros. Un 21,3% por encima del importe de 2014 y una cifra récord desde que se empezaron a detallar los ingresos fiscales por territorios, en 1999.
De hecho, el ascenso de lo recaudado por multas es uno de los más significativos del conjunto del Estado. El tercero, concretamente, por detrás de País Vasco, donde las sanciones aumentaron un 82,3%; y Navarra, con un 44,7% más. La media nacional se situó en el 5,2%. En seis territorios el ejercicio se cerró con descensos en el capítulo de castigos a los que intentan defraudar: un 44% menos en La Rioja; el 17,7% en Cantabria; el 10,4% en Melilla; cerca del 8% en Canarias; un 6,2% en Aragón; y una reducción del 4,8% en Extremadura.
Hasta ahora, el máximo de recaudación por sanciones de la Agencia Tributaria en Galicia eran los 13,3 millones de euros de 2012. Los 13,746 que llegaron en 2015 suponen un nuevo punto de inflexión en la batalla fiscal y la consolidación del crecimiento de los ingresos por esta vía durante la crisis. Durante los últimos siete años, desde 2009, la aportación de las sanciones suma 81,6 millones de euros. En los ocho ejercicio anteriores, entre 2001 y 2008, fueron 66,6 millones. La Agencia Tributaria se embolsa en estos momentos un 156% más por este concepto que a comienzos de la década pasada.
Por provincias, el incremento es especialmente elevado en la delegación de Hacienda en Vigo, con un 70% más de recaudación, casi 3,9 millones de euros. Le sigue Lugo, donde el aumento está próximo al 40% (1,5 millones); un 5,7% en la territorial de A Coruña (4,8 millones de euros); del 4,5% en Ourense (1,5 millones); y un 4,2% más en Pontevedra (2,1 millones).
A esto hay que sumar lo que recibe la Agencia Tributaria en Galicia por los recargos que se cobran a los contribuyentes que se saltan el plazo de abono voluntario de los impuestos y se les exigen cantidades por la vía de apremio, justo el paso previo al embargo. Unos 26,9 millones de euros en 2015, lo que representa un descenso del 17,4%. Y otros 15,3 millones de euros por intereses de demora, con una caída del 18% el pasado año. En total, entre multas y otras percepciones vinculadas a impagos, la recaudación de Hacienda en la comunidad alcanzó los 55,913 millones de euros.
Un montante que, por ejemplo, es cuatro veces más elevado que lo que en 2015 dejaron los impuestos especiales. El capítulo, uno de los más ligados al comportamiento del consumo, estuvo muy influenciado por las devoluciones del antiguo céntimo sanitario. Los reintegros en el gravamen de hidrocarburos superan en casi 44 millones de euros a la recaudación. En el caso del impuesto del Alcohol, los ingresos medraron un 21,7% (14,2 millones); un 16% el de la cerveza (19,1 millones); un 5% el que se desembolsa con la electricidad (2 millones); y un 35% más en del carbón, que se convirtió en el impuesto Especial de mayor peso el pasado año, con 21,4 millones de euros, por el aumento de la actividad de las térmicas de As Pontes y Meirama.
Al igual que el del carbón, los impuestos medioambientales van también directamente al bolsillo de las empresas energéticas. La recaudación ascendió a 43,3 millones de euros, un 11,9% menos que en 2014. El de los gases fluorados, que penaliza las emisiones de dióxido de carbono, experimentó un espectacular crecimiento del 196%, con 5 millones de euros.
La recaudación se quedó a 4.100 millones de lo previsto
- La rebaja fiscal que comenzó a aplicarse en 2015 provocó que los ingresos tributarios de ese año, en el que el déficit público se desbocó hasta el 5% desde el 4,2% del PIB comprometido, se quedarán cortos en 4.100 millones de euros respecto a lo presupuestado, de acuerdo con el Informe Anual de Recaudación Tributaria de 2015. Esta cifra coincide con los alrededor de 4.000 millones de euros de recorte presupuestario en forma de acuerdos de no disponibilidad de créditos en el Estado y las comunidades autónomas, que el Gobierno ofreció a Bruselas nada más conoce la desviación del déficit público. El problema podría ir más allá porque con estas previsiones se realizaron las entregas a cuenta del sistema de financiación a las regiones y cada vez que no se cumplen se exige la devolución de parte de los recursos repartidos a las comunidades.La Agencia Tributaria (AEAT) no esconde en el informe que la causa de este desfase en los ingresos fue la reforma fiscal. El Gobierno decidió adelantar al mes de julio la rebaja del IRPF que debía entrar en vigor en enero de este año, junto con ciertos cambios en el Impuesto de Sociedades.La reforma fiscal tuvo un impacto negativo de 4.813 millones de euros en la recaudación del IRPF del pasado año, de los que 3.822 millones procedieron de la rebaja del tipo en las retenciones del trabajo, según el informe anual de recaudación 2015 que elabora la Agencia Tributaria (AEAT). El resto de partidas tuvo una repercusión menor, ya que 453 millones fueron consecuencia de la disminución del tipo sobre actividades profesionales, 271 de las retenciones de capital y 267 millones por las nuevas deducciones anticipadas a familias numerosas y dependientes.
