En el PP ya se confía en que las elecciones autonómicas se celebren el 25 de septiembre para que coincidan con las vascas y roben así unos días a la Marea y Podemos, enfrascados aún en definir su proyecto y candidatos. Solo siete días impedirían a Alberto Núñez Feijóo, líder del partido y presidente de la Xunta, cumplir su promesa de celebrar los comicios en octubre; además, fijar la fecha el día 2 supondría mantener su palabra, pero chocaría con su argumento de conjugar procesos electorales para lograr un supuesto ahorro en gastos de maquinaria electoral, a pesar de la distancia entre ambas autonomías. Sin embargo, fiel a su estilo, el dirigente mantiene la incertidumbre y guarda silencio. De hecho, fuentes populares confían en que mañana revele su decisión, pero para ello debería convocar un Consello de la Xunta con su equipo de conselleiros. Al cierre de esta edición, no lo había hecho, de acuerdo con las fuentes consultadas, elevando un poco más los nervios. Pero ninguna opción está descartada.

La expectación es máxima en el PP, que, a pesar de la incertidumbre, ya ha engrasado su maquinaria electoral -ayer el propio Feijóo trasladó su "banco azul" a varios puntos de A Costa da Morte para sentar a vecinos y escuchar sus propuestas- y solo espera conocer el momento exacto de la cita con las urnas, que variará apenas unos días respecto a los calendarios que manejan todas las formaciones políticas.

A pesar del deseo inicial de Feijóo de ir a votar en octubre, el 25-S se ha colado en su agenda por obra y gracia de Urkullu, circunstancia que molesta a las fuerzas nacionalistas por entender que supone una claudicación depender de calendarios ajenos. "Es muy posible", se refería a esa fecha ayer un alto dirigente del Ejecutivo autonómico, extremo que comparten otras voces de calado en el PPdeG.

Todo juega a favor de que mañana Feijóo confirme esa fecha, excepto que es rehén de su promesa de octubre, que incumpliría por unos días, aunque tendría coartada con la fecha vasca. La opción de acudir a las urnas el 23, que era la favorita hasta hace unas semanas a tenor de algunos movimientos dentro de la administración, podría coincidir con unas hipotéticas terceras generales, restándole foco precisamente al balance que quiere esgrimir Feijóo. Además, el 25-S evitaría una campaña que coincidiese con el inicio del juicio de la trama Gürtel, en el que desfilarán como testigos varios ministros de Aznar. El proceso arranca el 4 de octubre.

De momento, solo la Marea y Podemos se encuentran sin candidato, que llegará justo al proceso si se convoca el 25-S -o justos si compiten por separados-. Además, dilatar la fecha electoral hasta octubre solo ampliaría la precampaña que arrancará a tope tras agosto.

Referente estatal

Feijóo se juega su tercera elección consecutiva como presidente de la Xunta con mayoría absoluta, aunque Ciudadanos podría darle un comodín en caso de perderla por poco. Aunque rechaza postularse para suceder a Mariano Rajoy como líder estatal de su partido o posible presidente del Gobierno por el veto de Ciudadanos -"es especular sobre trivialidades", calificó esa opción en una entrevista a Europa Press-, retener la Xunta con mayoría absoluta elevaría su estatus por ser una excepción estatal.