Endesa ya había anunciado sus intenciones de alargar la vida útil de la térmica de As Pontes, una de las joyas de la corona en el sector energético español. Y ayer lo confirmó. La compañía, que acaba de recuperar al 100% la gestión de su cartera de renovables tras pagar 1.200 millones a Enel -incluida la titularidad de 17 parques eólicos de la comunidad-, invertirá 218 millones para la reducción un 80% de las emisiones de dióxido de azufre y un 60% las de óxidos de nitrógeno, lo que le permitirá adaptarse a la Directiva de Emisiones Industriales de la UE, que impone un recorte duro del lanzamiento de gases contaminantes a la atmósfera o, de lo contrario, el cierre de las instalaciones.

El Consejo de Administración de la compañía dio ayer el visto bueno al proyecto, que se daba por seguro ya desde finales de 2014, cuando Endesa habló expresamente de tomar medidas para que As Pontes siguiera funcionando. Con estos nuevos trabajos -la tercera gran reforma que acumula la térmica tras el plan de modernización de los años 90 y su preparación para sustituir el carbón autóctono por hulla importada como materia prima-, la vida útil de la central se alargará otros 20 años más. Las obras se desarrollarán entre este ejercicio y junio de 2020.