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Podemos eleva su órdago a Marea y se plantea ir en alianza pero con sus siglas

Santos replica a Beiras que su formación no se "diluirá" en un partido instrumental en ningún caso -Sus bases decidirán el viernes si acude a la asamblea para crear la alianza

Podemos eleva su órdago a Marea y se plantea ir en alianza pero con sus siglas

La fórmula jurídica de la alianza de la izquierda rupturista parece haberse convertido en un escollo insalvable para constituir la Marea de cara a las elecciones autonómicas de octubre, aunque todavía nada está decidido. La presión de Anova, Esquerda Unida y las Mareas en Común, que lidera la Marea Atlántica, para constituir un partido instrumental choca con la oposición de la dirección de Podemos en Galicia. Tan firme es el veto a "diluirse" en un nuevo sujeto de la cúpula podemita, que ya baraja alternativas para evitar concurrir a los comicios por separado. Una de ellas pasaría por firmar una coalición con esa Marea, manteniendo sus siglas y sin integrarse en ella, negociando luego su cuota de listas y candidato, lo que dificulta ese camino. "Es una opción", responde la secretaria general morada, Carmen Santos, quien reconoce las diferencias de planteamiento con sus socios.

El mensaje de Santos constituye una réplica a la advertencia de Xosé Manuel Beiras, líder de Anova, del lunes, cuando apeló a "reformular" sus alianzas si estas constituían un "cepo" para sus objetivos, pedía elevar el peso nacionalista de la Marea e insistía en la creación de un partido instrumental de adscripción individual, opción que siempre ha defendido. "Respeto totalmente su postura, pero no la comparto", responde Santos.

Con ese modelo los partidos no tendrían poder regulado, pues se trataría de una formación nueva, sin relación formal con el resto. Por su parte, la coalición, vía que defiende Santos para la Marea, constituye una alianza tradicional de formaciones, donde cada organización mantiene su peso en las listas y dirección política e identidad, así como recibe fondos públicos de forma separada. En ella, Podemos exige un papel principal alegando que cuenta una marca que aporta votos y más inscritos: 20.000. Sin embargo, en sus primarias de abril solo participaron alrededor de 3.300, mientras en la asamblea constituyente de la Marea del sábado están inscritos de momento 1.800 tras la llamada de las otras tres formaciones y los alcaldes de Santiago, A Coruña y Ferrol.

Además, Santos, que paradójicamente es favorable a la confluencia, alega que "Podemos nunca ha adoptado desde su nacimiento la fórmula del partido instrumental". "La mayoría de inscritos rechaza esa opción, igual que los textos de Vistalegre y Mar de Xente [el documento con que ganó las primarias]", explica la dirigente. También recuerda que se rechazó esa apuesta en las pasadas generales y se optó por la coalición y En Marea logró cinco asientos en el Congreso, uno menos que el 20-D: "Tenemos una postura clara y es no diluirnos en otro partido", añade.

A pesar de ello, los críticos con Santos lograron que el Consello Galego rechazase la semana pasada un documento que establecía el partido instrumental como línea roja, asumiendo incluso esa fórmula. El texto carece de valor orgánico, pero evidencia las fisuras en Podemos.

El bloqueo para crear la Marea se mantiene en la cuenta atrás para la constitución de una fuerza electoral de importancia clave, pues en las pasadas generales logró superar el 22% de votos y establecer un empate técnico con el PSdeG. Una alternativa al gobierno del PP pasa por ellos.

Esta semana se despejarán la mayor parte de las dudas. El sábado echará a andar la Marea tras una asamblea en Vigo en la que participarán Anova, EU y Mareas en Común, activando el calendario de primarias para elegir listas y candidato a la Xunta, puesto para el que no existe alternativa de momento al magistrado Luis Villares. "Sería un grandísimo candidato", lo piropeó otra vez el regidor de Ferrol, Jorge Suárez. De esa cita se saldrá con conograma y apuesta por un partido instrumental. Pero no está clara ya no la suma de Podemos, vinculada a la consulta a las bases, sino su propia presencia en el acto.

El viernes los morados celebran una asamblea en Vigo -hay 300 inscritos-. "Ellos decidirán si acudimos o no, pero en ningún caso la asamblea sustituirá a la consulta telemática", matiza Santos, en alusión a la pregunta a sus bases de si se suman a la Marea, si bien de plano rechaza plantearles un partido instrumental, como defienden los críticos.

Ayer, los alcaldes de Santiago, Martiño Noriega, y A Coruña, Xulio Ferreiro, así como el diputado de En Marea Miguel Anxo Fernán Vello confiaron en contar, al menos, con la presencia de los podemitas el sábado.

El proceso está agrietando no solo al partido de Pablo Iglesias, que parece haberse desentendido de las elecciones gallegas y centrarse en las negociaciones para la investidura de presidente del Gobierno, sino las propias relaciones entre los potenciales socios de la Marea. Podemos se siente ninguneado y sus aliados entienden que el proceso está por encima de las siglas y comienzan a hartarse.

Además, en Podemos una parte de las bases rechaza la Marea, mientras otra, por ejemplo la que tiene mayoría en el Consello Galego, demanda un acuerdo. La reacción de los derrotados en la consulta determinará la unidad del partido a corto plazo.

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