Los discursos preelectorales marcaron ayer la última sesión de control de la legislatura al presidente de la Xunta. Alberto Núñez Feijóo presumió de balance por dejar a Galicia "mejor que en 2009" cuando alcanzó los mandos de San Caetano, anunció unas inminentes listas de espera con "los mejores datos desde que hay registro", confió en que, tras estar a las "duras" de la crisis, logre los votos suficientes para estar a las "maduras" con una tercera reelección y atacó a la Marea a través de AGE, señalándola como enemigo a batir en los comicios autonómicos de octubre. "Decían que iban a ser un referente de democracia interna y ahora hacen purgas internas [en alusión a las destituciones en Podemos Galicia]. Las decisiones que se iban a tomar en las plazas se toman ahora en el despacho de Pablo Iglesias", le espetó a Antón Sánchez. Mientras, la oposición censuró el balance de su gestión que este último resumió de forma gráfica. "No se me ocurre nada peor que usted", espetó el también número 3 de Anova.

La sanidad marcó el duelo de Feijóo con la socialista Patricia Vilán, que atacó los tijeretazos de gasto acometidos desde 2009 como causa del lastre en la atención. "Los recortes en salud se pagan con la salud de las personas", arrancó una intervención en la que acusó a la Xunta de beneficiar con la construcción del hospital "privado" Álvaro Cunqueiro de Vigo a la Bankia "de Rodrigo Rato" y a una empresa que vinculó con el exconselleiro y exalcalde de Santiago Agustín Hernández. Cifró el coste de la infraestructura en una "hipoteca de 3.600 millones de euros a pagar en 20 años" y afeó a Feijóo dejar como legado un recorte del 18% en el gasto sanitario.

Feijóo replicó con la construcción de 25 nuevos centros de salud, más otros once en obras, y anunció unas listas de espera -antes se publicaban trimestralmente, pero ahora cada seis meses- inéditas por escasas y la firma este mes de la ampliación del hospital de Montecelo. Incluso llegó a asegurar en el fragor del debate: "Cuando llegué al gobierno, no había un solo hospital público en Vigo", sin especificar si se refería a su acceso a la Presidencia de la Xunta o su primer alto cargo en la administración. No se quedó ahí. Tampoco existía, añadió, "el concepto de transporte metropolitano".

También se mostró decepcionado por las acusaciones de Vilán. "No pensaba que pudiese superarse, me siento bastante más cómodo haciendo balance de siete años de política sanitaria que si usted tuviese que hacer balance de su único mes como portavoz [socialista]", le espetó tras pedir un "mínimo de ética".

El guante fue recogido por Antón Sánchez, de AGE, que elevó el tono al echarle en cara casos de presunta corrupción como Pokemon o Pikachu, los líos judiciales de José Manuel Baltar o las fotos con el contrabandista Marcial Dorado de Feijóo en los años 90.

El grueso de su ataque se centró en el legado de Feijóo, al que culpó de inacción ante la pérdida de 80.000 habitantes en Galicia desde 2009 y la caída del peso económico de la comunidad en el conjunto del Estado, ahora del 5,1%. El número 2 de AGE no rechazó la tentación de lanzar una proclama electoral y prometió desalojar al PP de la Xunta tras las autonómicas de octubre.

El jefe del Ejecutivo y del PPdeG reaccionó con su arsenal. Por un lado, arguyó que, cuando llegó a la Presidencia, 212.000 gallegos estaban en paro -en abril de 2009 eran 2010.000, según el Gobierno central-, cifra que hoy es de 207.000. "Pocos gobiernos en España finalizan con menos paro que cuando empezaron hace ocho años", alegó, antes de celebrar los pedidos por más de 2.000 millones en los astilleros o la actividad en la automoción como muestras de vigor económico.

Finalmente, Consuelo Martínez, del grupo mixto, afeó a la Xunta la falta de respuesta al incremento de suicidios, que vinculó con la crisis, citando a la OMS, y cifró en 399 en 2015. Feijóo replicó argumentando que la tasa en Galicia es similar a la de otros países más desarrollados, señalando como primera causa los trastornos mentales, y censurando el tono de la pregunta de su rival.