Hace tiempo que varios de los accionistas de referencia en Itínere, la empresa que lleva la gestión de la Autopista del Atlántico y controla también el resto de las principales vías de pago de Galicia, querían vender sus respectivas participaciones. Abanca, con un 23,8% del capital, y Liberbank, que tiene el 5,8%, apuestan por centrarse en su negocio tradicional, la banca, en un momento en el que es muy difícil exprimir el sector financiero por los tipos de interés históricamente bajos. Tampoco es un secreto que el grupo Sacyr, con un 15,5% que conserva desde que en 2008 dejó de ser el principal socio de la concesionaria, aspira a saldar su inversión. Las relaciones entre las cúpulas de las dos compañías se enfriaron cuando Itínere adjudicó las obras de ampliación del Puente de Rande a la alianza formada por Dragados -del holding ACS- y Puentes. Sacyr optaba en solitario a hacerse con las obras. Ahora los tres accionistas tienen la oportunidad de cumplir su deseo con la oferta que acaban de recibir por el 45,1% que suman desde Globalvia, otra de las concesionarias de referencia en España y presente ya en la red de infraestructuras gallegas con el 61,4% que ostenta en la Autopista Central Gallega entre Santiago y Ourense.

Globalvia viene a su vez de un reciente cambio de dueños. La sociedad estaba en manos de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) y Bankia, hasta que el pasado 23 de octubre llegaron a un acuerdo con tres fondos de pensiones para la venta por un importe de unos 420 millones de euros. ¿Quién está entonces ahora detrás de la concesionaria y podría convertirse en la propietaria casi en régimen de monopolio de las autopistas gallegas? Pensioenfonds PGGM, el segundo fondo de pensiones más importante de los Países Bajos; OPTrust, uno de los de mayor envergadura en Canadá; y Universities Superannuation Scheme (USS), que reúne los planes de pensiones de buena parte del personal académico de las universidades del Reino Unido.

La oferta de adquisición está encima de la mesa, como confirman varias fuentes conocedoras de las negociaciones, que insisten en que todo es "muy preliminar", sin que ni siquiera haya pasado por los órganos de gobierno de las sociedades implicadas. Hay que tener en cuenta, además, que Itínere tiene más accionistas. La tarta de capital se completa con el 54% que manejan unidas Kutxabank y el fondo estadounidense Corsair Capital, que compró su parte a Citi Group a principios de 2015. "Es muy pronto para saber si va a ir adelante, aunque es evidente que hay ganas de vender de un lado y de comprar por el otro", señalan a FARO entre los accionistas de Itínere. La operación, que ayer adelantó el periódico económico Expansión, podría arrojar una valoración neta de 1.000 millones por Itínere -lo que dejaría unos 230 millones para Abanca-, que arrastra otros 3.000 millones de euros de deuda. Ese es su principal talón de Aquiles.

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De hecho, la última refinanciación de los préstamos acumulados no pudo realizarse, como pretendía la concesionaria, a través de una emisión de bonos en el mercado. Su estrategia habitual. La que también empleó para captar los 140 millones del coste de las obras de Rande y el presupuesto para el resto de las obras incluidas en la ampliación de la vía, como la circunvalación de Santiago de Compostela. En su lugar, Itínere recibió un crédito del fondo AustralianSuper.

La intención de Globalvia, con 18 autopistas en cartera, 8 ferrocarriles, un hospital y un puerto repartidos en España, Irlanda, Portugal, Andorra, México, Costa Rica y Chile, es crear un gigante europeo de las concesiones. En 2014 alcanzó una cifra de negocio de 260,9 millones de euros y un resultado bruto de explotación de 150 millones.

La joya de la corona de la operación es, sin duda, la AP-9. La facturación de la principal carretera de pago de la comunidad ascendió en 2015 a 134,2 millones de euros, un 5,1% más y nada menos que el 48% del negocio total de Itínere durante ese ejercicio. La Autopista del Atlántico dio un beneficio de 44,7 millones. Itínere cuenta también con el 100% de Autoestradas de Galicia, que explota los enlaces A Coruña-Carballo (AG-55) y Vigo-Baiona (AG-57); y el 18,36% de la autopista entre Santiago y Ourense. Además de Globalvia (61,39%), en el capital de esta última está Abanca, con el 20,25% de las acciones. Las otras tres concesiones, fuera ya de Galicia, son las autopistas de Campomanes-León; Burgos-Armiñón; e Irurzun-Tudela.