La mayoría de ellos ya figuraba en la primera lista oficial de grandes morosos que la Agencia Tributaria desveló hace medio año, a finales de diciembre. Y prácticamente todos mantienen los mismos pagos pendientes, con, eso sí, el correspondiente incremento que se aplica por el retraso en el desembolso. Más de doscientas empresas y particulares con su base en Galicia o que concentran su actividad en la comunidad, ejemplos muchos del impacto de la grave crisis económica de los últimos años, hasta el punto de que otro de los rasgos en común que tienen es el paso por un concurso de acreedores. En fase de liquidación o disolución también. Todo apunta, por lo tanto, a que el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda va a arañar solo migas entre las cantidades sin saldar y que los titulares se convertirán en deudores crónicos. A partir de la lista actualizada que se conoció ayer -con los nombres de aquellos que, al menos, acumulan un millón de euros-, y según la estimación de FARO por la ubicación de las sedes corporativas y los centros de trabajo, el número de esos morosos gallegos supera los 200, con obligaciones no zanjadas ante el fisco alrededor de 700 millones de euros. El número total de morosos en España con más de un millón de deuda es de 4.768 (personas físicas y jurídicas) y sus cuentas pendientes ascienden a 15.700 millones.

A la cabeza está de nuevo Martinsa-Fadesa. La megainmobiliaria que nació a partir del imperio de ladrillo forjado por Manuel Jove y que estalló por los aires tras su venta a Fernando Martín camina hacia su liquidación. Probablemente en 2017. La deuda con la Agencia Tributaria alcanza los 65,4 millones de euros. Le sigue, como ocurría en diciembre, Compañía Gallega de Licores. Unos 22,1 millones de euros pendientes. La firma estuvo implicada en un caso de fraude con el IVA y el Impuesto Especial sobre el Alcohol que acabó con un juicio y una sentencia de culpabilidad para el gestor. El propietario salió absuelto.

A continuación aparece Acería As Pontes, con 21,55 millones de euros. La empresa está presidida por Santiago Añón Rey, al frente también de Armaduras Metálicas Lambda, que debe abonar 4,97 millones; y de Hierros y Laminados Añón, con otros 1,5 millones. Su grupo suma una deuda de más de 28 millones de euros con Hacienda.

Biocarburantes de Galicia, la planta con sede en Begonte, es una de las principales novedades. En concurso de acreedores desde este año, la deuda roza los 15 millones.

Pescanova es, sin duda, la gran novedad de la lista. Porque no está. En la edición de diciembre se colocaba en los puestos altos porque la carga ascendía a 4,3 millones de euros. Sí se encuentra una de sus filiales, Frivipesca, dedicada a los productos elaborados. Sus 1,42 millones de euros son, según fuentes de la compañía, "deuda concursal privilegiada". De la primera en pagarse. Del pasado del gigante pesquero gallego surge Manuel Fernández de Sousa-Faro, el expresidente. SA de Desarrollo y Control (Sodesco) es una de las sociedades patrimoniales que posee, la que usó para la venta de parte de su paquete de acciones en Pescanova justo antes de declararse el concurso. A Hacienda le debe, según el balance oficial, más de 12,6 millones de euros.

Otro de los conocidos. Recién salido de la prisión de Soto del Real en la que ingresó en abril después de su detención en la Operación Fénix por un supuesto delito de blanqueo de 13 millones. Es Mario Conde. Su deuda con la Agencia Tributaria, de las que también se conocieron en diciembre, sigue ahí. Casi 10 millones de euros.

Mavieira es solo una de las muchísimas empresas del ladrillo, desaparecidas en no pocos casos, que figuran entre los grandes morosos gallegos. La compañía pertenecía al grupo Mahía, del que era dueño Ramón López Casal, al que le persiguen en estos momentos un montón de acusaciones en firme por presuntos delitos urbanísticos y soborno. De hecho, López Casal ya fue condenado en Castilla y León y entró en la cárcel. La deuda de Mavieira son 9,8 millones.

Fuentes Capital acumula 7,5 millones de euros sin pagar a Hacienda. La sociedad está radicada ahora en Madrid. Pero es la máxima accionista de la firma que controla el mayor paquete accionarial en Mondariz Termal, a su vez, gestor del balneario pontevedrés. Que también está en el listado: más de 2,4 millones de euros.

La ourensana Mantenimientos y Conservaciones Ibéricas, disuelta, tiene una deuda de 7,229 millones. La cementera Gallega de Molienda de Clínker, emplazada en la localidad coruñesa de Coirós. En las riendas estuvo José Ramón Blanco Balín, implicado en la red de la Gürtel. La filial en Vigo de la constructora portuguesa Iber Agree tiene un pasivo pendiente con Hacienda de 6,8 millones. Clesa, en su día una referencia en el lácteo gallego, más de 6,7 millones. Y la química Norquimia, de Arteixo, otra de las que atraviesa su disolución, tiene 6,6 millones.

Energal Distribución de Biocarburantes y Biogal Centro Energético comparten administrador, Javier Cordero Aldeano. La primera debe 6,2 millones. La segunda, 5,2. Se llegaron a dictar órdenes de embargo por el concello de Pontevedra. Plásticos Reguera, en liquidación, arrastra 5,8 millones. La conocida Freiremar, en concurso, otros 5,7 millones. Costaverde Proyectos Inmobiliarias, de la que es administrador único el fundador del grupo Indeza y expresidente de la patronal de la construcción, Ángel Fernández Presas, figura con cerca de 5,7 millones.

Entre los conocidos, la larguísima nómina de morosos incluye de nuevo a Blusens, con 4,6 millones; a Pórtico, con alrededor de 4,4 millones pendientes, y su antigua filial de complementos -hoy en manos del grupo Tous-, Dayaday, con 1,55 millones; a Ferralla Lois, uno de los que sí incrementa sustancialmente su deuda tras pasar de 3,6 a 4,2 millones en seis meses; Elevaciones Rama, con aproximadamente 3,9; o la judicializada constructora Sercoysa, con 3,5 millones. El Club Deportivo Ourense repite en la lista, con 1,06 millones.