Aunque la guerra con el FROB que libran la veintena de empresarios gallegos que en 2012 acudieron a la llamada de José María Castellano para entrar en el accionariado de NCG vaya camino del Tribunal Supremo, el fondo de reestructuración bancaria se da ya por ganador. No lo dice directamente, pero la decisión de eliminar la provisión de fondos que tenía para indemnizar a los antiguos socios y la razón apuntan a eso. A que prevé salir invicto de la reclamación presentada por el supuesto engaño del que le acusan los inversores. La reserva de fondos rozó los 21 millones de euros hasta 2014. "Durante el ejercicio 2015, en base a las estimaciones realizadas por sus asesores legales, se ha procedido a liberar la totalidad de dicha provisión en el epígrafe "Exceso de provisiones" de la cuenta de pérdidas y ganancias", admite el FROB en su informe anual.
¿Qué pasó desde entonces? Parte de los empresarios lograron una sentencia a su favor en primera instancia. Fue el caso de los propietarios de Gadisa, de Manuel Jove, dueño del holding Inveravante, o del astillero Metalships. En los dos primeros fallos que transcendieron sobre el caso, la jueza compartió la teoría de los afectados de que se les había ocultado información relevante sobre el estado de la entidad y su indefensión frente a la operación acordeón que redujo a cero los casi 70 millones que desembolsaron para adquirir el 2,59% del capital como paso previo a la inyección de 5.400 millones de euros del rescate europeo. "El FROB y NCG estaban obligados a advertir de la situación en la que se encontraba la entidad, pero nada hicieron ni dijeron", aseguró la magistrada. El panorama cambió cuando el resto de las sentencias, las de los juicios de Hijos de Rivera y Hierros Añón, entre otros, dieron la razón al banco y al organismo, al igual que la Audiencia Provincial hizo también con el resto después de los recursos presentados por el Estado.
Queda una última batalla, que buena parte de los empresarios está dispuesto a dar. Un recurso de casación ante el Tribunal Supremo. Aún así, el FROB ha optado directamente por finiquitar la provisión y contabilizar esos 20,889 millones como ingresos para así compensar los malísimos resultados que arroja en 2015. El fondo perdió 1.293 millones de euros por el deterioro de las participaciones que mantienen en la matriz de Bankia, Banco Mare Nostrum y el banco malo.
El balance del FROB revela además que las garantías concedidas a Banesco tras ganar la subasta por la antigua nacionalizada gallega -como el respaldo en las denuncias sobre las cláusulas suelo o el conflicto abierto entonces con la aseguradora Aviva por la sociedad que compartía con Caixa Galicia- siguen creciendo. Las provisiones aquí pasaron de 378,99 millones a 396,517 millones, incluidos los 114,8 millones correspondiente a la parte que debe asumir el Fondo de Garantía de Depósitos, una vez descontado el importe que el FROB debía abonarle por la venta de su participación en la entidad.
"A la fecha de formalización de las cuentas anuales del ejercicio 2015 [firmadas por el auditor el pasado día 16] se han materializado dos de las contingencias garantizadas por importe de 160,7 millones de euros", señala el organismo presidido por Jaime Ponce, que asegura que ni esta parte ni lo que pueda quedar se abonará a Abanca hasta que se termine de pagar la compra del negocio de la fallida fusión de las cajas. Quedan 300 millones. El pasado 6 de mayo se consumó el abono de los 300 millones por adelantado que anunció el banco.
