Los smartphones se han convertido casi en un bien imprescindible, hasta el punto de que, pese a los recortes a los que se han visto forzadas las familias gallegas para sortear la crisis, la inversión en teléfonos móviles se ha disparado entre 2009 y 2015. De hecho, según el desglose más detallado que ofrece el INE sobre la inversión de cada hogar en bienes y servicios, el gasto en equipos de telefonía se sitúa a la cabeza del incremento (un 367% más). Así, de pagar casi 12 euros por persona, el desembolso ha pasado a 55 euros de media.

Y, aunque los hogares gastan ahora menos en grandes electrodomésticos, según la encuesta del INE, ha crecido un 72 por ciento el dinero empleado en pequeños aparatos como ventiladores, cafeteras, freídoras o planchas.

¿Y dónde han recortado más las familias gallegas durante los años de crisis? Pues en accesorios domésticos, muebles y joyas. Los recursos destinados a vajillas, utensilios de cocina y reparaciones se desplomaron un 58 por ciento. Y las familias dejaron además de comprar muebles. El gasto en mobiliario bajó un 50 por ciento desde 2009. También recortaron en joyería y bisutería. Si se gastaban 108 euros por cabeza al año antes de la crisis, ahora solo emplean de media unos 50 euros, un 53 por ciento menos.