En un mundo que es casi incapaz ya de imaginarse sin internet, la ciberseguridad es uno de los tres temas que están sobre la mesa del XXI Foro España-Estados Unidos. En una jornada que abordó la necesidad de proteger las infraestructuras críticas y las comunicaciones de los dos países, sus medios de financiación electrónica y, en general, su seguridad frente al ciberterrorismo, el ciberfraude y el ciberdelito, se enfatizaron "desafíos" como "más coordinación" y la "encriptación".

Así lo indicaron ayer los copresidentes del encuentro: Tim Kaine, presidente del United States-Spain Council, y José Manuel Entrecanales, presidente de la Fundación Consejo España-Estados Unidos. El primero, senador por Virginia, abogó por el "diálogo" para hallar "una solución más común" en conceptos como el nivel de privacidad, cuyo "sentido" puede ser diferente según la cultura, y destacó que "hay más trabajo que hacer para coordinar esfuerzos" entre agencias y países.

Por su parte, el presidente de Acciona explicó que los 120 expertos y ponentes reunidos en Santiago discutieron también sobre encriptación, que "tiene un lado de seguridad", pero también otro "de incapacidad de control de las fuerzas del mal". Este factor, explicó, preocupa mucho a las compañías financieras, pero también en el sector energético, de seguridad o telecomunicaciones.

Félix Sánz Roldán, secretario de Estado y director del CNI; Aníbal Villalba, asesor senior del presidente del Consejo Nacional de Ciberseguridad o Richard Clarke, ex coordinador nacional de Seguridad y Contraterrorismo de los Estados Unidos, fueron algunos de los ponentes de la primera sesión, a la que asistieron, entre otros, Fernando Abril, presidente de Indra; Ramón Gil-Casares, embajador de España en Estados Unidos; la exministra Ana Palacio, o Ignacio Ybáñez Rubio, secretario de Estado de Asuntos Exteriores.

El encuentro está pensado para "fortalecer" los vínculos entre los dos países y Tim Kaine, según medios de EE UU uno de los nombres que maneja Hillary Clinton como segundo de su candidatura, señaló que la meta del Consejo es "pensar" en el "bienestar" de las dos naciones y sus ciudadanos, que es "mejor" si tienen una "relación fuerte". En esa línea, afirmó que "las relaciones están mejorando cada año".

Preguntados por el Tratado de Libre Comercio (TTIP), Entrecanales opinó, a título personal, que "un buen acuerdo sería favorable" para las dos partes, mientras Kaine instó también a buscar "un buen acuerdo" porque el comercio necesita "reglas". Si no las hay, avisó, la situación no es buena para ninguno de los dos países.

Si ayer se habló de ciberseguridad, hoy le toca a "las oportunidades de crecimiento económico" que ofrece la lucha contra el cambio climático -la descarbonización de la economía- y el papel de la cultura en el progreso y el desarrollo económico. Al primer punto aludió Entrecanales al referir el que considera el "gran reto", doble, con el que "más ahínco" la sociedad debe enfrentarse "a medio plazo": "cómo generamos riqueza para mantener los niveles de paz social global a los que nos gustaría aspirar y cómo creamos riqueza sin destruir el planeta". Eso afecta, dijo, a numerosos aspectos, como el cambio climático o el crecimiento demográfico. Son tiempos de "cambio", apostilló Kaine, quien cree que eso conlleva "riesgos", pero también "oportunidades".

Sobre la cultura, Entrecanales defendió que existen elementos "que podemos potenciar para ser transmisores de los valores de integración y paz". Puso de ejemplo el Camino de Santiago, que ve como "un generador de bien social". Mientras, el senador demócrata destacó las "raíces" comunes que comparten España y Estados Unidos, junto a "valores y experiencias". Apuntó que en su país 45 millones de personas hablan español y que "en los últimos años, el poder de la comunidad latina está creciendo".

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que presidió la recepción a la Fundación Consejo España-Estados Unidos, destacó que EEUU es el primer socio no europeo de Galicia por exportaciones y animó a que siga siendo así, poniendo a disposición la capacidad gallega en el naval, la automoción, el textil, la piedra, las conservas y el vino.