Los efectos de una de las medidas fiscales estrella de la Xunta para este año aún tendrán que esperar un poco. Pese a que el pasado 1 de enero entró en vigor la rebaja del Impuesto de Sucesiones que supondrá que el 99% de los gallegos no tendrá que tributar por este concepto a las arcas autonómicas, las renuncias de herencias ha vuelto a aumentar en el primer trimestre de 2016 en comparación con el mismo periodo del pasado año, siguiendo así una tendencia alcista que se inició durante la crisis por las dificultades de los herederos para hacer frente al impuesto. Entre enero y marzo de este año se registraron en la comunidad 574 renuncias, lo que supone un 11% más que en el primer trimestre de 2015, cuando los rechazos ascendieron a 517, según las estadísticas del Consejo General del Notariado.
Pero no solo es que aumentaran las renuncias en Galicia, sino que además el incremento es de los mayores registrados en el conjunto del Estado, ocupando la comunidad gallega el cuatro puesto, por detrás de La Rioja, con una subida del 44,6%, Murcia (30%) y Cantabria (14,1%).
La Consellería de Facenda alega que la rebaja fiscal entró en vigor el pasado enero y que los efectos se empezarán a notar a partir del segundo trimestre, dado que entre la defunción y la liquidación del impuesto se da un plazo de seis meses para ponerse al día con la hacienda pública. De ahí, continúan las mismas fuentes, que las renuncias registradas hasta ahora procedan en su mayoría de fallecimiento ocurridos en 2015 cuyas herencias no estaban afectadas todavía por la rebaja fiscal. De hecho, la recaudación hasta marzo fue de 30,9 millones de euros, prácticamente la misma cantidad que en el mismo periodo de 2015.
Haz click para ampliar el gráfico
Por comunidades autónomas, en once se registró un incremento de las renuncias durante el primer trimestre. Además de Galicia, Murcia, La Rioja y Cantabria, también subieron en Canarias, Andalucía, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, Madrid y País Vasco. Por contra, se han reducido los rechazos en el resto, siendo Navarra el territorio donde más acusado ha resultado, con una bajada del 18,8%, seguida de Baleares, con un 12,4%.
El caso es que otra reforma introducida el pasado año por la Xunta para intentar reducir el número de renuncias no funcionó. En julio comenzó a aplicar una rebaja media del 15% en las valoraciones de los bienes inmuebles sobre las que se cargan los impuestos de Sucesiones y Donaciones y también de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
Esta medida iba a ayudar a que los herederos paguen menos tributos cuando les transmiten alguna propiedad y, aunque se preveía u descenso de las renuncias, la rebaja parece haber sido insuficiente.
Si empezó el año con 517 gallegos que rehusaron su legado en el primer trimestre, esta cifra se elevó en los tres meses siguientes hasta los 582 y volvió a aumentar entre julio y septiembre hasta los 628, la cifra más alta en un trimestre desde que hay registros, para cerrar el año con 2.049 rechazos, casi el triple que hace ocho años, cuando solo 737 gallegos renunciaban al testamento. El pasado año volvieron a subir las renuncias y se llegó a las 2.306, la cifra más elevada de la historia, según los registros del Consejo General del Notariado.
Y es que Galicia figuraba en la parte alta del ranking autonómico con el Impuesto de Sucesiones y Donaciones más gravoso. Pero las modificaciones fiscales aprobadas por la Xunta para este año le han dado un vuelco a la situación.
Galicia dejó de ser la sexta comunidad con el tributo más caro para pasar a la más barata, ya que decidió eximir del pago a las herencias inferiores a los 400.000 euros, que supondrá que el 99% de los gallegos no tengan que tributar por este concepto a las arcas autonómicas. Se calcula que unos 45.000 contribuyentes se beneficiarán de esta medida al año.
Con respecto al modelo vigente hasta el pasado año, la principal novedad que se ha incorporado está en los efectos para los herederos mayores de 25 años, que a partir de enero dejarán de tributar por cuotas líquidas inferiores a los 400.000 euros. Y cuando superen este límite lo harán solo por la diferencia a partir de ese mínimo. Hasta ahora, el techo estaba en 125.000 euros, con la particularidad de que sobrepasada esa cuantía solo estaban exentos los primeros 18.000 euros.
