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Reordenación de la actividad en los montes

Medio Rural compensará con dinero a los dueños de terrenos naturales protegidos

Las directrices del plan forestal incluyen pagos para paliar el veto a prácticas económicas que implican los espacios de Red Natura -Las restricciones afectan a 390.000 hectáreas

Tala ilegal de árboles en una zona de Red Natura en el monte Lourido de Nigrán. // Marga G. Brea

En ocasiones, vecinos de zonas rurales se han opuesto a la inclusión de sus terrenos en zona de protección Red Natura por las limitaciones a la explotación económica que supone. La Xunta quiere ahora mediar en esos conflictos y prevé compensar económicamente a los propietarios de parcelas protegidas que no puedan explotar, si bien los detalles de este nuevo sistema se establecerán jen el nuevo plan forestal que recibirá luz verde en verano, antes de las elecciones autonómicas de octubre. Dejará regulado el sector durante 20 años y actualizará un marco regulatorio de 1992.

Este cambio está incluido en las directrices del plan forestal que la Xunta ha pactado con el sector tras la ruptura de los madereros de abril del año pasado en discrepancia con la falta de atención a sus demandas.

Uno de los principios que recoge esta nueva normativa pasa por fijar "compensaciones a los titulares de terrenos por las limitaciones a la gestión, incluidas compensaciones de carácter económico".

Las mayores restricciones a la actividad económica en área protegida afectan a las 390.000 hectáreas incluidas dentro de la Red Natura, donde existen diversos límites en función del tipo de zona: área de protección; área de conservación y área de uso general. La primera y la segunda son la que mayores prohibiciones acumulan y suman 365.000 de las 390.000 hectáreas totales.

Esas limitaciones afectan al tipo de especies arbóreas que se pueden plantar y a la cantidad de las mismas, así como a la talas que pueden acometerse, prohibidas en algunos casos. Lo mismo sucede con los terrenos dedicados a pastos. Advertida por los propietarios, la Consellería de Medio Rural establecerá un sistema de compensaciones que prevé pagos por el dinero que dejan de ganar los agricultores con terrenos bajo Red Natura, según fuentes de la administración autonómica, si bien no serán unas compensaciones monetarias generalizadas. Otras podrán aplicarse mediante ventajas fiscales o prioridad en ayudas públicas.

Uso tradicional

Esta no será la única decisión de la Xunta para los propietarios de terrenos en Red Natura, pues también prevé suavizar algunas restricciones a la explotación de madera. La explotación forestal se declarará "uso tradicional", por lo que estará permitida la corta y venta de madera en determinadas condiciones.

Los detalles quedarán fijados en un plan que se aprobará en verano y que servirá para renovar una norma actual que data de 1992. El documento tendrá una vigencia de dos décadas y será revisado pasados los diez primeros años.

Las directrices pactadas con el sector ya marcan algunas novedades, como la potenciación de las especies propias como el castaño frente al eucalipto, cuya superficie en la comunidad se pretende reducir. Además, la Xunta implantará incentivos fiscales que "faciliten la inversión privada de particulares y empresas".

La nueva regulación del monte gallego también fijará un plan de lucha contra las plagas y la "potenciación de un modelo mixto públicio-privado" en el dispositivo de prevención contra los incendios, según consta en las directrices, que debe convertirse en una "inversión productiva". La idea central pasa por reducir el riesgo de incendios y el coste de los trabajos de extinción mediante un incremento del valor del monte: las empresas que lo limpien podrán obtener biomasa o madera de la que podrán beneficiarse, según Medio Rural.

El plan también recogerá que los miembros de las brigadas de extinción asuman como "trabajo cotidiano" durante todo el año tareas silvícolas de carácter preventivo para reducir el efecto del fuego.

La Xunta simplificará la burocracia de las talas de madera para firmar la paz con el sector

  • El pasado mes de abril, la patronal de las empresas madereras, Confemadera, rompió el diálogo con la Xunta con un duro comunicado plagado de quejas. Criticaban la "desatención reiterada, pasividad y falta de soluciones" del Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo a la modernización del sector, que entendía no atendidas sus demandas. La Consellería de Medio Rural redujo el problema a un enfrentamiento personal del presidente de Confemadera, Elier Ojea.Uno de los problemas principales señalados por la patronal era el exceso de burocracia, tanto autonómica como municipal, que, en su opinión, no solo entorpecían el desarrollo económico, sino también cargaban de impuestos las cortas de madera.Mismas especiesUna de esas reclamaciones ha sido atendida para firmar la paz con la patronal y buscar soluciones para un sector clave en Galicia. Entre las directrices que se incorporarán al nuevo plan forestal se incluye la rebaja de papeleo: "simplificación y unificación de trámites administrativos de autorización de cortas, siempre supeditado al compromiso por parte del propietario de mantener las mismas especies como principales en la masa de referencia y condicionada al cumplimiento de códigos de buenas prácticas específicos".También pretende la Xunta mejorar la "segunda transformación" de la madera para dar valor añadido a la facturación del sector.

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