Los excedentes de leche en el mercado europeo no dejan de crecer al mismo tiempo que por ahora ningún estado comunitario ha decidido apostar por la propuesta que hizo el mes pasado la Comisión Europea (CE) reclamando a las organizaciones de productores y cooperativas reduzcan el volumen de entregas de forma voluntaria y temporal. En España, la ministra de Agricultura en funciones, Isabel García Tejerina, anunció que sopesa ofrecer incentivos a los ganaderos que se acojan a los acuerdos de la UE de retirar leche del mercado, aunque sin concretar con qué criterios. La Interprofesional Láctea (Inlac), en la que se integran las asociaciones de productores y la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), anunció ayer que no tiene capacidad para poner en marcha medidas de cara a reducir las entregas al no poder utilizar la extensión de norma, es decir, el reconocimiento por parte del Ministerio de Agricultura de un acuerdo adoptado en el seno de una organización interprofesional agroalimentaria para supuestos contemplados en la ley.

Aunque desde la Inlac aclaran que no pueden poner en marcha ningún acuerdo encaminado a este objetivo, considera que no se debería "dejar pasar la oportunidad que se deriva de la aplicación de estos reglamentos". Por eso, insta al Gobierno central que explore "alternativas de financiación" con las que se logre bajar el nivel de producción de leche pero, eso sí, de forma efectiva. En este sentido, propone incentivar y financiar las jubilaciones anticipadas de titulares de explotaciones para las que no hay relevo generacional. En esa misma línea se pronunciaron los sindicatos agrarios la semana pasada, al considerar que si se aplica la reducción en otros casos la viabilidad de las granjas puede verse comprometida.

Bruselas insiste en que está en manos de los ganaderos "juntar sus fuerzas" y reducir los excedentes de forma colectiva. El comisario de Agricultura, Phil Hogan, achaca la actual crisis de precios no al fin de las cuotas lácteas que regulaban el mercado, sino a "una tormenta perfecta" provocada por el aumento de producción a nivel global, el veto de Rusia a productos europeos y la desaceleración de la demanda en China.

La realidad es que los excedentes siguen subiendo y ya pasó el tope de 218.000 toneladas en el volumen máximo de intervención a previo fijo al que la CE lo elevó en marzo. Ahora piensa ya en aumentarlo otra vez a 350.000 toneladas.